_
_
_
_

El Ayuntamiento de Valencia admite que recalificará zonas de la huerta para construir más viviendas

Sara Velert

El primer teniente de alcalde de Valencia, Alfonso Grau, admitió ayer explícitamente que algunas zonas de huerta ahora clasificadas como suelo no urbanizable se recalificarán con la puesta al día del Plan General de Ordenación Urbana. La homologación del plan "se realizará con los pertinentes estudios medioambientales" y afectará a áreas "de menor impacto" para ganar "algo de suelo", que tendrá "una carga muy alta de viviendas de protección oficial". La alcaldesa, Rita Barberá, ha afirmado en varias ocasiones que la ciudad no necesitaba crecer a costa de la huerta, y en la pasada campaña electoral prometió una denominación de origen para sus productos. También dedicó un capítulo del programa electoral del PP a la huerta, con medidas para impulsar "la protección y conservación de las alquerías y paisajes rurales más significativos de la ciudad".

Según Grau, apenas queda suelo urbano libre en Valencia, salvo el de proyectos como el Parque Central, y si bien están pendientes de desarrollo varios planes parciales, no será suficiente. El PSPV, por contra, asegura que hay terrenos para construir viviendas durante 18 años, y acusa al equipo de gobierno de alentar la especulación en torno a la huerta.

Grau rechazó estas críticas, y advirtió que "cada cual es libre de invertir su dinero donde quiera, y en ese sentido, se puede equivocar o no". "Habrá quien haya comprado magníficos terrenos de huerta y los seguirá disfrutando muchos años más", añadió. Pero el caso es que ya hay zonas en las que la recalificación es más que probable, como frente a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, reconoció el propio Grau. "¿Con seriedad alguien puede hablar ahí de huerta protegida?". Precisamente, en esa parte de la ciudad varias promotoras intentan crear agrupaciones de interés urbanístico entre propietarios de huerta para que presenten propuestas de recalificación.

También hay áreas candidatas en Campanar, Benimamet o Pinedo. Grau defendió que "en los últimos 15 años, Valencia ha sido probablemente la ciudad más respetuosa con su huerta" y rechazó que haya permitido su degradación. "Hay que hacer la huerta compatible con un desarrollo sostenible lógico y necesario del territorio urbano", declaró el teniente de alcalde, quien aludió al abandono de cultivos y a la menor rentabilidad como factores del retroceso de la huerta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_