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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Proyectos idiotas' en la selva

Fernando Casás (Gondomar, 1946) llegó a vivir los últimos momentos de aquella modernidad que, fundada por Oswaldo de Andrade y Tarsila do Amaral, arrasó Brasil, formándose en Río de Janeiro en una escuela que recuperaba los métodos de la Bauhaus en las cálidas tierras americanas, pero a finales de los años sesenta, cuando comienza a crear sus primeras obras, está empezando a entrar en crisis en todo el mundo la idea de modernidad y sus paradigmas de rigidez geométrica por lo que algunos artistas abandonaron los presupuestos mecanicistas y racionalistas para buscar en la naturaleza modelos más fluidos de creación.

Como movido por una in-

FERNANDO CASÁS

Círculo de Bellas Artes

Alcalá, 42. Madrid

Hasta el 21 de marzo

tuición, Fernando Casás se introduce entonces en la foresta brasileña poniendo en marcha lo que él denominará "proyectos idiotas", acciones efímeras realizadas en el interior de la selva que documenta fotográficamente. Éste es el inicio de una intensa carrera en la que, trabajando con árboles y piedras, el artista va cobrando conciencia del interés de los procesos y del valor de los lugares, es decir, del potencial que puede ofrecer la madre naturaleza y, a la vez, de la fragilidad de sus elementos. Así, su obra se recrea en la escenificación de procesos naturales, como el trabajo de las termitas, o adopta la posición del crítico que llama la atención sobre las acciones depredadoras del hombre.

En esta exposición, con pretensiones de antología, en la que se recogen obras de varios momentos de su trabajo artístico, se muestra esa voluntad de rescatar los restos de un naufragio, el del hombre enfrentado a una naturaleza maltratada. El propio título de la muestra que, no sin cierta impertinencia, anuncia Arqueologías del no-lugar pretende hacer evidente esta situación recurriendo a dos palabras tópicas, el término arqueología, que conduce a la idea de recuperar in extremis unos restos definitivamente irreconstruibles, y al neologismo no-lugar, que expresa la condición negativa que supone la pérdida del carácter.

Sin embargo, no es deseable la instrumentalización del arte, por justa que sea la causa, por eso las obras de arte deben ser juzgadas en el terreno estético, es decir, en cuanto poseedoras de valores intrínsecos que exciten los placeres de la contemplación y de la imaginación, atendiendo a sus cualidades sensitivas y emotivas, que deben trascender al tema argumental o a la idea de partida. En este campo no creo que quienes se acerquen a contemplar estas obras salgan defraudados, ya que, con diferentes procedimientos y técnicas, Fernando Casás sabe atraer la mirada sobre su trabajo y sugerir ideas en las mentes más distraídas.

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