Un misil nuclear ruso se destruye en vuelo durante unas maniobras
Putin asistía a los primeros ejercicios atómicos de los últimos 20 años
Un misil nuclear disparado ayer desde el submarino Carelia, de la Flota del Norte, se autodestruyó por razones que los expertos deberán determinar a la mayor brevedad posible. "Las circunstancias del disparo del misil balístico exigen una investigación urgente y minuciosa, ya que hasta que no se establezcan las causas de la autodestrucción es difícil afirmar que nuestra flota nuclear estratégica esté en plena capacidad de combate", declaró ayer el almirante Vladímir Chernavin, quien fue el último comandante en jefe de la Armada soviética.
El disparo del misil se realizó en el marco de las maniobras estratégicas nucleares que el martes y miércoles realizó Rusia -las primeras en 20 años- y que contaron con la presencia del presidente, Vladímir Putin.
Putin -que ayer presenció en el cosmódromo de Plesetsk, en el norte de Rusia, el lanzamiento de un misil que impactó en Kamchatka, en la costa del Pacífico, en el blanco previsto después de cruzar casi todo el país- prometió abastecer "en el futuro próximo" a las tropas estratégicas de novísimas armas nucleares. El presidente ruso dijo que el diseño de nuevas armas no está dirigido contra EE UU. "La Rusia moderna no tiene ambiciones políticas ni aspiraciones hegemónicas", subrayó. Putin no excluyó la posibilidad de crear más adelante un escudo nuclear propio, esfera en la que "los especialistas rusos trabajan desde hace varias décadas", pero por ahora el país no dispone de dinero para ello.
Las maniobras han mostrado que Rusia tiene serios problemas con sus armas nucleares. Además de la destrucción del misil de ayer, el martes falló el disparo de otros dos cohetes. La Armada asegura que todo transcurrió normalmente, ya que a última hora decidieron limitarse a un "disparo convencional" -es decir, sólo electrónico, sin la salida del misil hacia el blanco-, pero los expertos no creen en esa explicación.
Mientras tanto, en Moscú, los diputados rechazaron ayer el proyecto de ley que ampliaba el mandato presidencial de cuatro años a siete. A pesar de que entre los adeptos de Putin hay muchos que quisieran eternizarlo en el poder, Rusia Unida, el partido propresidencialista, se opuso al proyecto durante el debate parlamentario y sólo intervinieron a favor de éste los representantes del ultranacionalista Partido Liberal Democrático y de la nacionalista Ródina (Patria). La marcha atrás de los seguidores de Putin se explica porque el mismo presidente se pronunció públicamente en contra de la iniciativa. Al final, sólo 51 diputados votaron a favor, en circunstancias en que se necesitaba un mínimo de 300 votos, ya que se trataba de una modificación constitucional. La ley fundamental rusa establece el mandato presidencial en cuatro años, pero con posibilidad de reelección por otro periodo, es decir, un total de ocho años seguidos. El jefe de Estado no puede ser reelegido por un tercer periodo consecutivo.
Los parlamentarios aprobaron, en cambio, las modificaciones al Código Penal que endurecen las penas por actividades terroristas. La sentencia mínima será de ocho años -era de cinco- y la máxima, cadena perpetua, y no 20 años como hasta ahora.
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