75 atentados y 54 muertos
ETA ha cometido en Cataluña algunas de sus acciones más sangrientas. El último atentado lo perpetró en 2001
ETA ha cometido 75 atentados en Cataluña que han provocado 54 muertos. La primera víctima mortal fue el policía nacional Ovidio López Díaz, fallecido en un tiroteo en Barcelona el 6 de junio de 1975 y la última, el mosso d'esquadra Santos Santamaría, muerto el 17 de marzo de 2001 por la explosión de un coche bomba en Roses (Girona).
El más salvaje de todos los atentados cometidos nunca por la banda terrorista tuvo como escenario los almacenes Hipercor de Barcelona. La explosión de un coche bomba cargado con 20 kilos de amonal y situado en el aparcamiento del supermercado provocó 21 muertos y 45 heridos. A esta lista oficial habría que añadir el hijo que estaba esperando una de las clientas que murió en la explosión junto a su marido. Cuando ocurrió esa matanza, el número 2 de la banda terrorista era José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, una de las personas con las que se entrevistó Josep Lluís Carod Rovira en Perpiñán el pasado 4 de enero, aunque el líder de ERC aseguró al trascender el encuentro que no lo reconoció.
"El comunicado de la banda puede darle la mayoría al PP", augura una hija de Lluch
"Es humillante e inmoral que ETA haga diferencias", afirma una asociación de víctimas
Entre las personas que resultaron heridas en el atentado de Hipercor figura Roberto Manrique, que trabajaba en la carnicería del supermercado y que ahora preside la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas, creada hace ocho meses ante lo que consideran "intento de manipulación política" por parte de las administraciones de las víctimas del terrorismo. "Nos parece absolutamente vergonzoso, humillante e inmoral que ETA haga diferencias hablando del máximo derecho humano, el derecho a la vida, dependiendo de una localización geográfica", asegura un comunicado difundido ayer por esa asociación. "No queremos esa paz que ETA ofrece a Cataluña mientras no lleve incluida la desaparición del terrorismo en cualquier otro punto", añade esa asociación, que acaba preguntándose si "los miles de exiliados del País Vasco, residentes en otros lugares podrán venir a Cataluña para disfrutar de la paz que ETA les ofrecerá por vivir en suelo libre de muerte". La asociación asegura que "espera, ahora más que nunca, que el señor Carod-Rovira tenga la valentía y la humanidad necesaria para explicar a los afectados por el terrorismo su reunión con la cúpula etarra".
El comunicado difundido ayer por la banda concluye con vivas a Jon Félix y Joan Carles, en alusión a los etarras Joan Félix Erezuma y el catalán Joan Carles Monteagudo. Ambos murieron en un tiroteo con la Guardia Civil ocurrido el 30 de mayo de 1991 en la localidad barcelonesa de Lliçà de Munt. El día antes, estos dos terroristas atentaron con un coche bomba cargado con 70 kilos de explosivos contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic (Barcelona), provocando nueve muertos, entre ellos cuatro niñas. Otras 30 personas resultaron heridas en esa acción al derrumbarse parte del edificio.
Unos meses antes, el 8 de diciembre de 1990, otro coche bomba explosionó en Sabadell al paso de una furgoneta del Cuerpo Nacional de Policía y provocó la muerte de seis agentes. De las 54 víctimas mortales que ha provocado el terrorismo etarra en Cataluña, 31 son civiles; cuatro militares y otras 19, agentes de diversos cuerpos policiales.
Durante estos años ETA ha conseguido asentar un comando Barcelona en 10 ocasiones, aunque sólo cuatro de ellos estuvieron operativos, explican fuentes de la lucha antiterrorista. El último de los comandos que atentó en Cataluña empezó a actuar en el verano del año 2000 y provocó cuatro muertos en poco menos de dos meses. Entre ellos el ex ministro socialista Ernest Lluch, asesinado a tiros en el aparcamiento de su domicilio la noche del 21 de noviembre de 2000. La impresionante manifestación silenciosa que recorrió las calles de Barcelona unos días después se convirtió en la muestra de rechazo a ETA más grande que jamás se ha vivido en la capital catalana.
En aquella época, y en menos de dos meses, fueron asesinados también los concejales del PP de las poblaciones barcelonesas de Sant Adrià de Besos y Viladecavalls, José Luis Ruiz Casado y Francisco Cano, respectivamente, así como el guardia urbano de Barcelona Juan Miguel Gervilla.
Eulàlia Lluch, hija del ex ministro, se sumó ayer a las muestras de repulsa al comunicado de tregua de ETA. "Siento indignación y vergüenza, porque esto perjudica mucho a Cataluña, al Gobierno de la Generalitat y a los catalanes, seamos o no socialistas, independentistas o familiares de víctimas del terrorismo", aseguró.
"Yo, ni me siento oprimida como dice el comunicado, ni tiene nada que ver la situación de Cataluña con la que describen estos pistoleros de ETA", añadió. Eulàlia Lluch teme que el comunicado de ETA pueda darle "la mayoría absoluta al PP".
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