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Columna
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Hospitales

Un hospital público es quizá el exponente más representativo de la sociedad del bienestar. En caso de urgencia, los centros sanitarios de la Seguridad Social disponen de buenos profesionales y medios técnicos sofisticados. Además de contar con máquinas para diagnóstico y tratamiento que muchos hospitales privados de renombre no pueden permitirse, su uso tampoco está condicionado a las limitaciones económicas del paciente. Eso lo perciben los ciudadanos que, a pesar de las incomodidades, las listas de espera de más de nueve meses y los fallos garrafales de gestión, les tranquiliza el que haya un hospital público a mano porque los minutos cuentan para salvar la vida. Tal sensibilidad no pasó inadvertida a los candidatos en las pasadas elecciones autonómicas que no dudaron en entrar abiertamente en subasta pública ofertando más hospitales al electorado. Siete hospitales, siete, prometió la candidata popular Esperanza Aguirre, oferta que ahora deberá cumplir para no ponerse colorada y, de paso, dejar en evidencia al ex consejero Ignacio Echániz, que pasará a la historia de Madrid como el Doctor No.

Sin embargo, y desde que el nuevo Gobierno autonómico entró en funciones, los Ayuntamientos periféricos han entrado en dura competencia por ser los elegidos para ubicar los nuevos centros hospitalarios en sus respectivos términos municipales. Ningún consejero ha sido en los últimos meses tan peloteado como el titular de Sanidad, Manuel Lamela, a quien los distintos alcaldes han puesto alfombra roja con tal de llevarse el gato al agua. Uno de los que le tiene casi en el bote es Tomás Gómez, el edil socialista de Parla, quien ha sabido jugar su reivindicación del hospital antes y mejor que nadie. Gómez lleva años reclamando un centro sanitario para la zona y, ante las reiteradas negativas del anterior consejero, protagonizó encierros y movilizaciones en las que llegó a reunir 15.000 personas en la Puerta del Sol. Su tenacidad en esta causa fue, sin lugar a dudas, determinante en el éxito electoral que cosechó en los pasados comicios locales hasta el punto de convertirse en el alcalde más apoyado por sus ciudadanos.

Los vecinos de Parla no son, sin embargo, los únicos que defendieron esa reivindicación; también lo hicieron los de otras poblaciones colindantes como Valdemoro, Pinto, Torrejón de la Calzada o Torrejón de Velasco. La cuestión ahora es determinar cuál es el término municipal mejor comunicado y más equidistante de toda esa comarca para construir el ansiado hospital.

A primeros de mes, el pleno del Ayuntamiento de Valdemoro aprobó por unanimidad de todos los grupos políticos una moción a favor de la construcción del futuro hospital en una parcela al norte de su término municipal. Ellos entienden que plantean la mejor ubicación porque se encuentra situada en el epicentro de la zona y nadie tardaría más de diez minutos desde cualquiera de los municipios interesados. Con el mapa y los planos de carreteras en la mano, hay que reconocer que la alternativa que proponen es bastante razonable. La parcela en cuestión está emplazada muy cerca de Pinto y junto al nudo de carreteras más importante de la red sur que habrá de conectar la M-423 con la R-4 y la M-404. Es de todos admitido que, en la actualidad, las distancias se miden en minutos, no en kilómetros. Con la disposición de los accesos puede darse la paradoja de que los vecinos del este de Parla llegaran más rápido al punto que proponen en Valdemoro que al que oferta, en la zona oeste, su propio alcalde. Son aspectos que deberá tener en cuenta el consejero de Sanidad para tomar una decisión, por encima de todo, pragmática. En este tipo de infraestructuras sanitarias de ámbito comarcal es fundamental acertar con la ubicación y sólo un planteamiento técnico objetivo puede lograrlo. Otra posibilidad a tener en cuenta es la de construir dos centros en lugar de uno. Esa área está lo suficientemente poblada y los centros del Insalud que prestan servicio soportan tal saturación que estaría justificada la creación de dos hospitales. Los vecinos de Parla y su alcalde, que supo movilizarles, han ganado ya la batalla. Habrá hospital en aquella comarca sureña y suyo es, en gran medida, el mérito. Que el suelo en el que lo edifiquen sea de un municipio o de otro debería ser lo de menos.

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