Más allá del género

La distinción entre literatura femenina o masculina es una tesis gastada. Pero quedan rescoldos perversos. La discusión es tramposa porque lo que se compara es la literatura como tal (identificada con los grandes autores, en general, hombres) y la escrita por mujeres. Las excepciones las constituyen las autoras que escriben "como hombres", sea Rosa Chacel o Marguerite Yourcenar. O las que llegan a la excelencia a pesar de su sensibilidad femenina (como Virginia Woolf o Carson McCullers). Christine Henseler, especialista en literatura contemporánea, plantea el debate a varias narradoras españolas, entre ellas, Almudena Grandes, Laura Freixas o Elena Santiago. Las autoras relatan su peripecia literaria y cómo son vistas por editores, críticos y lectores, cómo pasan a veces de ser reclamos publicitarios a creadoras discutidas. Grandes advierte que la escritura, además de género, posee "edad, nacionalidad, enfermedad y salud, belleza y fealdad...". Santiago explica el juego de reconocimientos fugaces y olvidos que acompaña a los autores no elegidos por el mercado. Freixas da datos y aclara: ellas lo tienen más difícil.