Una idea...
Sadam Husein fue capturado hace justamente dos meses... y está más desaparecido que nunca. Sabemos menos de él que cuando estaba en libertad.
El pasado domingo, sin ir más lejos, George Bush fue capaz de entrevistarse durante una hora con Tim Russert de la NBC sobre Irak y la guerra, y hablar de Sadam como si fuera agua pasada y el Ejército americano le hubiera encontrado muerto en la cama.
Comprendo que la Administración de EE UU no tenga ganas de tratar el tema, pero ¿cómo es posible que ningún político o medio de comunicación se interese por el destino de Sadam desde su detención?
¿No sería hora de que EL PAÍS sintiera cierta curiosidad por la situación jurídica, las condiciones de detención o las declaraciones de Sadam? Pidan por lo menos una entrevista exclusiva: igual no se le ha ocurrido a nadie todavía y se la conceden.