"Los ciudadanos no se sienten identificados con esta UE"
Wilfried Martens, seis veces primer ministro belga entre 1979 y 1992 y hoy presidente del Partido Popular Europeo (PPE), advierte de que la UE atraviesa por momentos peligrosos. Para él, la entrada de 10 nuevos países en la UE es una gran cita con la historia que se produce sin entusiasmo en el continente. "Los ciudadanos no se sienten identificados con esta UE", señala este europeísta de 67 años. Recuperar la ilusión en esta refundación requiere, según Martens, una reforma institucional y una Constitución que den efectividad y transparencia a una UE en horas bajas. Martens participa hoy en Madrid en la reunión de líderes de la Unión Democrática de Centro (IDC), la federación que hasta 2002 era conocida como Internacional Demócrata Cristiana y ahora encabeza José María Aznar. Hace una semana presidió en Bruselas un congreso del PPE en el que muchas voces manifestaron preocupación y hasta alarma sobre el estado de la UE.
Pregunta. ¿Han perdido los ciudadanos el impulso europeísta de hace unos años?
Respuesta. La necesidad siempre ha sido el motor de la integración europea. Nos encontramos en un momento extremadamente difícil y peligroso. Tenemos un desafío histórico el 1 de mayo, con la entrada de 10 nuevos miembros. Más que una ampliación es una reunificación de Europa. Si se quiere que la ampliación salga bien hace falta un nuevo sistema, reformar las instituciones y concluir la Constitución. Todavía no tenemos una solución política. Hacen falta reglas claras, democráticas y transparentes porque los ciudadanos no se sienten identificados con esta UE, que es demasiado compleja, no transparente. Hay que volver a recuperar la adhesión de la opinión pública.
P. ¿Será la Constitución el catalizador de una nueva ilusión europeísta?
R. Debería, porque el proyecto de Constitución se ha preparado de forma seria. Es el mejor resultado posible, aunque sea un compromiso. Pero hay que decidir sobre dos cuestiones clave: cómo votar en el Consejo Europeo y cuántos miembros debe tener la Comisión. Nosotros acabamos de aprobar en el congreso del PPE una resolución en la que pedimos que haya acuerdo sobre estos dos puntos antes de las elecciones europeas.
P. ¿Y será posible?
R. Como PPE, tenemos una responsabilidad compartida porque hay varios jefes de Gobierno que son de nuestra familia política. El acuerdo está en manos de los jefes de Gobierno. La Conferencia Intergubernamental es la que puede concluir el acuerdo.
P. ¿Lamenta la pérdida de la idea federalista en la Constitución?
R. El proyecto constitucional fusiona los diferentes tratados. Se incluye un reparto de competencias que se puede considerar perfectamente federal: deja muy pocas en exclusiva a nivel europeo, establece un gran paquete de competencias compartidas y mantienen el principio de subsidiariedad. Es una unión sui géneris, no es un Estado europeo, ni un super Estado europeo.
P. Jacques Delors cree que la decisión de ampliar la UE fue precipitada y que ninguno de los inminentes socios está preparado. ¿Está usted de acuerdo?
R. También ha dicho que, si seguimos por el actual camino, la UE habrá dejado de existir en 15 años. Es quizás exagerado.
P. Hay Gobiernos, algunos en el PPE, que quieren recortar la financiación al proyecto de construcción europea.
R. Me opongo a limitar el presupuesto al 1% del PIB. Eso no sirve. Ni servirá. Uno de los pilares de la UE es la solidaridad. La política común, de cohesión y de solidaridad que hemos aplicado a España y otros habrá que aplicársela a los nuevos Estados miembros. Vamos a pasar por una fase extremadamente delicada y hay que dar muestras de solidaridad, como en el pasado. Si no, no vamos a superarlo.
P. El año 2004 es un año histórico: ampliación, Constitución quizás, elecciones, nueva Comisión y, a finales, decisión sobre Turquía. No parece que a la CDU alemana, el mayor partido del PPE y del Parlamento Europeo, le entusiasme ver a Turquía en la UE. ¿Debe Turquía ingresar en la UE?
R. Lo fundamental es el informe que la Comisión debe presentar en octubre, que servirá de base a la decisión del Consejo Europeo de diciembre. Si el informe de la Comisión es positivo, hay que aceptar la negociación. Esas negociaciones durarán bastantes años.
P. ¿Puede el conflicto sobre el velo islámico, que sacude a Francia, salpicar también a Bélgica?
R. Yo personalmente soy muy tolerante y no creo que en Bélgica se convierta en un conflicto político como en Francia. Es un signo de convicción personal que ha de exhibirse de forma discreta. No es aceptable llevar un símbolo de manera provocadora.
P. ¿Por qué ha aprobado ahora el PPE una resolución contra el comunismo?
R. Nosotros siempre hemos estado contra el extremismo de izquierda y de derecha. Toda idea puede ser defendida con la condición de que no emplee la violencia y se respete la ley. En esta resolución hacemos notar que se condenó a los responsables del nazismo, pero no a los del comunismo. La cuestión es qué se hace con los responsables. No hay problema en que se elija a comunistas, hay que aceptarlos. Pero aceptarlos en funciones de responsabilidad en la Unión Europea ya es otro asunto. Hay sobradas razones para decir que quienes han sido condenados por crímenes contra la humanidad deben abstenerse.
P. En la resolución hay dos aspectos. El que pide que se abstengan de asumir posiciones en la UE quienes participaron en la represión y el que pide que se revelen actividades realizadas en el pasado en esos regímenes...
R. Yo acepto la conversión. Pero para funciones como la Comisión, director general, auditor, juez... Lo mínimo que se puede pedir es que la persona se arrepienta y se comprometa con los valores de la democracia. Con los condenados por crímenes contra la humanidad es distinto.
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