Aznar utiliza la detención de dos etarras en Francia para censurar al PSOE por sus acuerdos con ERC

El presidente del Gobierno, José María Aznar, aprovechó la detención ayer en Francia de dos presuntos etarras para arremeter contra el PSOE por mantener sus acuerdos en Cataluña con una formación, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que "dialoga y pacta" con la banda terrorista. "Se les ha incautado muchísimo material que iba a ser entregado hoy mismo para cometer asesinatos y atentados en España", dijo Aznar en alusión a los detenidos. Y añadió: "Luego, una vez dicho esto, si quieren algunos, que justifiquen que algún jefe de Gobierno autonómico [en alusión a Carod Rovira, líder de ERC] se vaya a Francia a reunirse con los terroristas que hacen esto, a hablar y pactar con ellos, y además que el PSOE no rompa ese pacto que tiene".

La víspera, Aznar había defendido la vigencia del Pacto Antiterrorista y había hecho un llamamiento para preservarlo de la lucha partidista.

En su acto de precampaña en Calatayud, el jefe del Ejecutivo arremetió además contra el lema de "la España plural" que propone el PSOE y lo calificó como el "desgarramiento de España".

En un almuerzo con militantes del PP al que asistieron la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, cabeza de lista por Zaragoza, y el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, Aznar acusó a los socialistas de romper "en 17 trozos el Tribunal Supremo y la Agencia Tributaria" y de proponer "17 ideas de España distintas, lo que supone liquidar el país". Su intervención marca la pauta de lo que serán sus discursos en la campaña electoral del 14-M.

En contraste con la templanza de Rajoy, Aznar ofreció un discurso muy duro y catastrofista, centrado en el ataque al PSOE por su política territorial -que abre la posibilidad de reforma de los estatutos de autonomía de las comunidades en determinadas condiciones- y por sus alianzas con partidos nacionalistas -en alusión a ERC- que "se reúnen con los jefes de ETA, que son los que organizan los asesinatos en España y a tanta gente han asesinado".

El presidente vinculó al PSOE con la inestabilidad de España y con el riesgo de involución económica. Con ese argumento reclamó su derrota en las urnas el 14 de marzo. "Hay una inmensa mayoría de españoles que no estamos dispuestos a que nadie liquide nuestro país y lo tenemos que decir con claridad en estas elecciones generales", dijo Aznar.

El jefe del Ejecutivo fue más lejos al señalar que "si la estabilidad no surge fuerte el 14 de marzo, que nadie piense que si España entra en desestabilidad política no va a pagar un precio económico grande y alto, porque lo vamos a pagar".

Redondeó su argumentación con una invocación al papel de España en el mundo: "El mundo internacional se fía de los países sólidos, mientras que los países que se dedican a hacer experimentos institucionales que puedan cuestionar la propia existencia del Estado pagan un precio muy duro". Y concluyó: "No hemos dado esperanzas a tantos miles de españoles y no hemos llegado a las más altas cotas del progreso en España para que esto se ponga ahora en riesgo por frivolidades, ocurrencias y malos proyectos o programas", en clara alusión al programa territorial socialista.