Martínez se enreda en las subvenciones

Acabar con la "Andalucía dependiente". Ésa fue una de las ideas básicas en las que Teófila Martínez, presidenta del PP andaluz, ancló su propuesta electoral para lograr la presidencia de la Junta el 14 de marzo. "La palabra subvención se borrará del vocabulario. Seremos un gobierno que cofinancie proyectos y nunca más volveremos a hablar de ayudas o subvenciones", fue la fórmula que expuso la candidata popular hace una semana. Desde entonces, raro ha sido el día en el que Martínez no ha salido para aclarar lo que dijo y hacer frente a la críticas.

El PSOE reprochó a Martínez que alentara como argumento electoral la "imagen negra" de la Andalucía subsidiada. Críticas semejantes a las que cosechó hace tres años el ex ministro de Trabajo Juan Carlos Aparicio cuando dijo que el PP sacaría a Andalucía "de la indolencia". El secretario regional del PP, Antonio Sanz, trató de apagar al fuego. Primero cargó contra los socialistas por "mentir" al decir que el PP quería acabar con las subvenciones. Luego revistió la fórmula de Martínez para hacerla más presentable: "El PP no sólo no va a quitar las subvenciones. Además de mejorarlas, cofinanciaremos desde la comunidad nuevos proyectos". La líder popular insistió también en que el PSOE la había "tergiversado". Pero su línea de defensa contribuyó a mantener viva la llama de un conflicto incómodo para los populares, al reducir la cuestión a eliminar un "concepto devaluado": "Yo no dije que las subvenciones dejarían de existir, sino que se llamarían cofinanciación".

"La subvención no exige siempre una aportación del ayudado. La cofinanciación, sí"

Cofinanciación, una palabra que se emplea hace tiempo en la actividad económica y administrativa, y subvención no definen lo mismo. El cambio de nombre, pues, no es neutral. "La subvención no exige necesariamente una aportación del ayudado, en la cofinanciación sí debe poner una cantidad, el mínimo habitual es un 25%", explica el director de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba. Muchas subvenciones se plantean ya como cofinanciación: el dinero público financia parte del proyecto y el resto lo pone la empresa o persona subvencionada.

Hay subvenciones en las que la Administración no exige una aportación económica para su concesión, no son cofinanciación. Un ejemplo son las ayudas europeas que reciben los agricultores: que suman más de 21.000 millones de euros desde 1986. También son subvenciones, no cofinanciación, el respaldo a los proyectos sociales que presentan asociaciones y ONG. La Confederación de Entidades Sociales de Andalucía tachó de "aberración y barbaridad" la propuesta de Martínez.

Los últimos datos de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) relativizan la dimensión de la "Andalucía dependiente". Un reciente estudio elaborado por el economista Julián Alcaide refleja que Andalucía, a pesar del mayor crecimiento económico (un 14,5% en los últimos cuatro años, 2,3 puntos más que la media estatal), sigue en el último lugar en renta por habitante (un 68,4% de la media europea).

El incremento de población en estos años, que no se dio en otras regiones, ha moderado la convergencia con el resto de Europa. Pero la población también pesa en la dependencia fiscal. Andalucía es la comunidad que recibe más dinero de las autonomías en las que las Administraciones recaudan más de lo que gastan. En 2002, según Alcaide, Andalucía captó 8.697 millones de euros en recursos fiscales de otras comunidades para hacer frente a su gasto público. Pero, por habitante, es la séptima comunidad receptora (ver gráfico) de la solidaridad.

"La solidaridad interterritorial es un valor positivo para el desarrollo económico. La Andalucía subsidiada es un exceso semántico", mantiene el director de Analistas Económicos, quien cree que el debate no está en la cantidad de subvenciones sino en su uso. "La mayoría se da a sectores que se creen más necesitados que otros y consiguen imponerse. Hay todavía muy pocas líneas de apoyo para actividades emprendedoras y sectores productivos", dice Villalba. Un análisis que coincide con una de las conclusiones del sondeo realizado por el Observatorio Económico de Andalucía entre 141 expertos, que exigen más ayudas a la innovación, la internacionalización de las empresas y la formación para incentivar el desarrollo económico. Y en el que abundó hace meses Manuel Pezzi, coordinador de la segunda modernización: "Hay que rehacer la política de subvenciones para estimular nuevas ideas empresariales".