África se abre al mercado

Simon Njami es uno de los grandes difusores del arte africano contemporáneo. Es el director de los Encuentros de la Fotografía Africana de Bamako (Malí), que presenta una amplia selección de obras de artistas africanos en estos momentos en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Es también el comisario encargado de la sección Fragmentos de África, dentro del programa Futuribles, en Arco.

"Se trata de un plan a desarrollar a lo largo de tres años, que consiste en seleccionar tres galerías africanas cada edición y que cada una de ellas presente a tres artistas. El objetivo último del plan es ayudar a que esos artistas y galeristas salgan del gueto, es decir, de inscribir la creación africana en el mercado", afirma con convicción.

"En España, en Arco, he encontrado la voluntad adecuada para este propósito. La dirección de la feria no quiere presentar la creación de una parte del mundo sino de todo el mundo. En el caso de África, Arco asume que las galerías de nuestro continente no disponen del dinero suficiente para alquilar un stand o editar un catálogo dentro de la norma y nos ofrece su ayuda. Además Arco, al tiempo que abre la puerta al mercado, también organiza mesas redondas que ayudan a que el público esté mejor informado. Este año una de ellas versará sobre las características del mercado africano y la otra sobre la creación".

Ese vivir al margen del mer-

cado ha hecho que el arte africano contemporáneo sea ajeno a una cierta uniformización. "El arte contemporáneo en Occidente -y en Asia también, claro- empezó a tomar un rumbo nuevo en los ochenta", explica Njami. "De pronto ser artista era muy fácil. El nivel de exigencia técnica ha pasado a ser mínimo, el rigor artesano ha sido despreciado por la creatividad de esos últimos años. A todo ello se ha añadido Internet, lo que yo llamo 'cortar y pegar', la facilidad de collage. En África, por el simple hecho de vivir al margen del boom económico de ese momento, la creatividad se ha visto mucho menos afectada. Si hoy la crisis del arte contemporáneo empieza a ser evidente para todos, en África podemos escapar a ella. Este año presentaré en la Kunsthalle de Düsseldorf y en el Pompidou de París una muestra de 100 artistas africanos. Es nuestra respuesta a la crisis".

Hasta ahora la tendencia ha sido la de hablar en general de arte africano, de todo un continente, en lugar de especificar las características culturales que distinguen a ciertas regiones, pero Njami cree llegado el momento de conocer mejor esa realidad tan rica en expresiones, y tan diversa.

"África tiene su propia geografía del arte. Los países del sureste, los del Índico, como Zimbabue o Mozambique, tienen una buena tradición escultórica, en África del Sur se ha prestado atención a las nuevas tecnologías, en el oeste la pintura ha sido la expresión dominante. Y pesa también el que los referentes culturales sean, en parte, heredados de la colonización británica, de la francesa o del mundo árabe. La relación con la imagen es distinta, la manera de abordar los tabúes también".