La estación de Sants estará dos años en obras por el AVE

El AVE se ha parado, de momento, en L'Hospitalet antes de abordar uno de los problemas más serios que se plantean a los ingenieros del GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias): el asalto a Sants. La estación está saturada en horas punta y, además, se proyecta acometer a la vez las obras de entrada del tren de alta velocidad y la reforma de todo el edificio. Nadie se atreve a dar plazos precisos, pero las sugerencias más optimistas hablan de dos años. Lo que más sufrirá es el servicio de Cercanías que pasa por esa estación, es decir, todas las líneas.

La última adjudicación de obras del AVE en Cataluña la publicaba la pasada semana el Boletín Oficial del Estado: el proyecto constructivo de la plataforma entre Sant Boi y La Torrassa, en L'Hospitalet. Dos tramos que suman 6,5 kilómetros. Tramos problemáticos porque incluyen el paso por El Prat y la estación que debe ser, también, terminal aeroportuaria. Pese a la complejidad de este trecho, los ingenieros temen más el que sigue: la entrada en Sants, sobre todo por la dificultad de trabajar en una estación con entradas y salidas constantes de trenes de Cercanías, largo recorrido y regionales. Unos servicios que no pueden dejar de prestarse ni tampoco reducirse, porque son utilizados anualmente por más de 100 millones de usuarios que no pueden ser desviados a otro tipo de transporte ya que los accesos a Barcelona por carretera están peor.

Los responsables del GIF son conscientes del problema que supone entrar en Sants y trabajan "codo con codo" con la dirección de Cercanías de Barcelona. Sobre el papel, las posibilidades que se prevén pasan por potenciar el uso de otras estaciones, en especial las de Sant Andreu, L'Hospitalet y la de Francia.

Las elecciones del próximo 14 de marzo también gravitan sobre la obra. Los aspectos más técnicos no han sufrido frenazos por causa electoral, pero los más polémicos se mueven poco. Así, el consorcio para la estación de Sagrera, constituido el pasado verano, aún no se ha reunido. No obstante, hay ya fecha para el primero de estos encuentros: el próximo lunes en Barcelona. Asistirán representantes de las tres administraciones que lo componen: el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Ministerio de Fomento, aunque no está claro si será el actual ministro, Francisco Álvarez-Cascos, quien acuda a la reunión o delegará en su segundo, el secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, que es quien de verdad está llevando el conjunto de la obra. Blanco es la persona que se ha reunido de forma sistemática con los alcaldes afectados y les ha dado, hasta cierto punto, explicaciones. La pasada semana, Blanco se reunió con el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal. La reunión no abordó asuntos de detalle, sino que sirvió para repasar la casi totalidad de asuntos pendientes, encallados hasta ahora ya que la anterior Administración catalana y Fomento tienen una situación de "diálogo escaso", según fuentes ministeriales. "Lo último que se les ocurrió fue revisar el paso por el centro de Barcelona", afirmó un representante del ministerio en referencia a una petición para que el túnel previsto bajo la calle de Mallorca se hiciera bajo la de Provença.

Las obras del AVE tienen otras consecuencias. El anillo ferroviario del Vallès, reclamado ayer con urgencia por el alcalde y que serviría para una línea de circunvalación, tiene también que acoplarse a la reforma de Sants, y lo mismo ocurre con la ampliación de frecuencias de los trenes al aeropuerto. Ahora pasa uno cada media hora y el proyecto era que pudiera haber uno cada 10 minutos, pero las vías dan para lo que dan. En cambio, no todo son noticias negativas: hay ya acuerdo para el soterramiento del tren en Vilafranca. La firma del convenio, la semana que viene.