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EL DEBATE SOBRE LA GUERRA DE IRAK

Robert Dole: "El hombre que plantó cara a los franceses"

El hemiciclo de la Cámara, sede habitual de las sesiones conjuntas de los dos órganos legislativos del Congreso para agasajar a los amigos extranjeros, se veía prácticamente lleno sobre las once de la manana de ayer (cinco de la tarde en España), cuando Aznar hizo su entrada al calor de fuertes aplausos. Pero sólo una pequeña parte de los ocupantes de los 435 escaños eran congresistas, y aún menos los demócratas, que cuestionan la gestión de la crisis de Irak por parte de George W. Bush. Pudieron ser, quizás, un tercio del medio centenar en que puede cifrarse la asistencia parlamentaria al acto.

Estaban, no obstante, Nancy Pelosi, jefa de la minoría demócrata; Tom Dashle, su equivalente en el Senado; Ciro Rodríguez, presidente del grupo hispano, y Bob Menéndez, whip en la Cámara.

Entre los republicanos destacaron el senador Richard Lugar, presidente del Comité de Asuntos Exteriores; Rick Santorum, líder de la Cámara, y Bill Frist, líder del Senado. Éste informó a Aznar de que su candidatura a la Medalla de Oro del Congreso había alcanzado ayer 310 votos en la Cámara, 20 más de los necesarios, y que ahora se tramitará en el Senado.

Además de por Powell y Cheney, el Gobierno de EE UU estuvo representado por el secretario de Energía, Spencer Abrahams, y por el de Comercio, Don Evans.

Por parte española estuvieron la esposa de Aznar, Ana Botella, y la ministra de Exteriores, Ana Palacio, que al finalizar el acto corrió tras Powell hasta sentarle en una silla y mantener un aparte. Altos cargos de La Moncloa y mucho personal de la Embajada en Washington completaron el séquito. El resto de los escaños fue asignado a invitados: numerosos alumnos de ensenanza media y superior que visitaban la sede, diplomáticos y funcionarios del Congreso.

Grandes personajes

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Entre las 92 personalidades que precedieron a Aznar en esta tribuna del Congreso figuran muchos grandes personajes de la historia occidental durante el siglo pasado, desde Charles De Gaulle a Simón Peres, o de Haile Salassie a Giulio Andreotti y Bettino Craxi, pasando por Borís Yeltsin. Pero también abundan los presidentes latinoamericanos -Vicente Fox, Eduardo Frei, Raúl Alfonsín, Carlos Menem o José Sarney, entre otros- y los dirigentes de pequeños países considerados grandes aliados por Washington, como la en su día presidenta de Nicaragua Violeta Chamorro, William Tolbert, de Liberia, Habib Burguiba, de Túnez, o Paul Magliore de Haití.

El Reino Unido y Francia, con siete intervenciones cada uno, son lo países que más veces han merecido esta distinción.

Aznar es visto en EE UU como el hombre que "plantó cara a los franceses en la crisis de Irak", según ha dicho Robert Dole, el ex candidato republicano a la presidencia.

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