_
_
_
_

Los diodos de luz pretenden acabar con el reinado de las bombillas

Los dispositivos de estado sólido tienen larga vida y muy bajo consumo

Todo comenzó de forma bastante inocente. Marcel Jean Vos, un interiorista y diseñador comercial de Londres compró unos diodos emisores de luz (leds, por sus siglas en inglés) para crear un pequeño sistema de iluminación en la cocina de su apartamento. Ahora, cuatro años más tarde, Vos ha transformado un apartamento urbano de una sola habitación en un espacio iluminado enteramente con estos leds, la tecnología de estado sólido asociada a las diminutas luces de los aparatos electrónicos.

El apartamento tiene 360 series de leds y unos 20 metros de cintas de plástico en las que están incrustados los resplandecientes semiconductores, que consumen como cuatro bombillas incandescentes de 100 vatios. Entre los efectos de iluminación se encuentran una encimera de cocina que cambia de color, una ducha iluminada, una vela que tiene microprocesadores en vez de pabilo y una escultura luminosa. "Todo el mundo está buscando una excusa para librarse de las bombillas incandescentes", dice Vos. "Y ya va siendo hora. Estamos consumiendo energía de más para nada". Pero su proyecto demuestra tanto las ventajas como los inconvenientes de reemplazar la bombilla que Thomas Edison fabricó en 1879. Vos calcula que se gastó unos 40.000 euros en crear el sistema de iluminación del apartamento. "Por ahora esto es sólo para los ricos y famosos", dice. Pero los principales fabricantes, como General Electric y Philips, junto con otros recién llegados mucho más pequeños, quieren encontrar un sitio en cada hogar para la iluminación con leds.

Más información
Luces de Navidad y papeles luminosos

La investigación sobre iluminación de estado sólido está incentivada por los fabricantes de bombillas, que quieren crear productos nuevos y rentables. Pero el ahorro de energía también entra en consideración.

La bombilla incandescente, que funciona calentando un delgado filamento de metal de forma que emita luz, tiene una prestación de color mala y es también poco eficiente. Aproximadamente el 90 o 95% de la electricidad que entra en la mayor parte de las bombillas se convierte en calor, en vez de en luz. Sin embargo, es tan barata, incluso en su versión halógena, que deja poco sitio en el mercado para todas las demás, como los fluorescentes compactos y los leds.

Éstos últimos son dispositivos diminutos, fabricados de un material semiconductor, que permiten a la corriente eléctrica desplazarse en una sola dirección y que producen luz como un subproducto de la corriente. Al igual que los fluorescentes, los leds no tienen filamentos y por tanto son más fríos y duran más.

Los altos precios podrían compensarse con la longevidad y los costes de explotación más bajos, pero pocos consumidores hacen estos cálculos cuando van empujando el carrito de la compra. Por ahora, esto ha hecho que la iluminación con leds despierte principalmente el interés del mundo comercial, donde se vigilan estrechamente el consumo de energía y los costes de mantenimiento. En las enormes pantallas de vídeo y los carteles animados que cubren algunos edificios en Europa se halla la utilización más espectacular de esta tecnología. Pero las aplicaciones más comunes tienden a ser prosaicas. Muchas señales de tráfico, luces de semáforos y luces indicadoras de camiones y autobuses utilizan leds, que están invadiendo igualmente los barcos.

El mayor obstáculo para crear luces leds asequibles para los hogares no son los semiconductores en sí mismos. El auténtico obstáculo está en el coste de superar algunas limitaciones básicas de los microprocesadores. La primera es la naturaleza de su luz. Las lámparas incandescentes o fluorescentes propagan su brillo por un amplia área. Los leds, por el contrario, son muy brillantes, pero sólo en un punto. Esto viene bien para mostrar que el móvil está cargado o para integrar un subpixel en una gigantesca pantalla de vídeo, pero es un gran inconveniente a la hora de llenar de luz una habitación. "Los leds son muy buenos para los efectos de iluminación", dice Mark Roush, de Philips Iluminación. "Ahora están traspasando el umbral de la iluminación eficaz y envían la luz donde uno quiere".

La mayoría de las luces del apartamento de Vos, que son del tipo que se utiliza para señalización, consiguen este resultado por medio de la combinación de varios leds bajo una lente de plástico. El color de la luz es también un problema. Actualmente ningún led produce luz de un color que sea adecuado para el uso cotidiano en una casa. La mejor produce una luz blanca con un tono azul pronunciado y nada favorecedor. Por el momento hay dos formas de evitar el problema del color. Muchas lámparas led producen luz blanca mezclando la salida de luz de diodos independientes rojos, verdes y azules. Una alternativa investigada es que los leds generen luz invisible ultravioleta. Esta luz, a su vez, hace que el fósforo del chip brille. Como sucede con las luces fluorescentes, producir un color específico pasa por ajustar la fórmula química del fósforo.

"Estas cosas planas suponen una forma completamente distinta de plantearse la iluminación", dijo Roush. "De pronto tengo color dinámico, color que puede cambiar. Los espacios interiores se pueden iluminar para que armonicen con la luz de día del exterior, mientras que los edificios pueden cambiar los colores del exterior".

Pantalla gigante de leds de Philips con uno de los paneles abierto.
Pantalla gigante de leds de Philips con uno de los paneles abierto.PHILIPS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_