Educación sexual para chicas
China decide dar por primera vez formación sobre sexo en las escuelas desde los 12 a los 18 años, pero sólo a las alumnas
A las dos de la tarde, la librería Wangfujing, una de las más grandes de Pekín, es un hervidero. Son las vacaciones de invierno, que duran entre tres y cuatros semanas, pero muchos estudiantes están aprovechando los días de asueto para comprar libros. Sus padres quieren que utilicen las fiestas para seguir aprendiendo. Los progenitores de la generación del hijo único dan prioridad absoluta a su formación académica y gastan en ello todo lo que pueden. Pero hay un aspecto en el que las cosas no han cambiado mucho en China a pesar de los 20 años de reformas. La educación sexual sigue siendo un tabú familiar. Hasta tal punto, que el Gobierno, consciente de la transformación social que está originando la económica, ha decidido institucionalizar por primera vez la formación sexual en la enseñanza secundaria (12 a 18 años). Eso sí, sólo para chicas.
"Es imposible hablar de estas cosas con los padres", afirma una adolescente
Las niñas entran en la pubertad a los 11 años, dos antes que antiguamente
Según los médicos, las niñas están entrando en la pubertad aproximadamente a los 11 años, dos años antes que antiguamente, debido a la mejora de la alimentación. Y cada vez más adolescentes salen juntos en las ciudades. "Mientras la madurez física sigue adelantándose, las chicas, que son un grupo vulnerable, aún son inmaduras desde el punto de vista psicológico", ha asegurado en la prensa local Huang Hong, de la Universidad de Medicina número 2 de Shanghai. De ahí la necesidad de las clases, señala.
"Normalmente no hablamos de estas cosas entre las amigas, y con los padres es imposible", explica sin rubor Guo Nan, de 13 años. Nan, que se encuentra de viaje en Pekín, es la delegada -"el líder", dice- de su clase, en una ciudad de la provincia de central de Henan. Afirma, con aplomo, que lo más importante es "eliminar la mala influencia de los libros, la televisión y los vídeos que utilizan algunos estudiantes y a cambio recibir educación en clase". Pocos estudiantes en su colegio salen con alguien, y los que lo hacen son considerados "alternativos".
El programa lanzado por el Ministerio de Educación, que ha declinado dar detalles del mismo, ha comenzado en Pekín, Shanghai y Chongqing, y será extendido a un total de 302 ciudades el año que viene si tiene éxito. Actualmente, los alumnos reciben clases sobre cómo es y cómo funciona el cuerpo humano. "Pero todo es muy científico", se queja Nan, que ganó el segundo premio de un concurso nacional de oratoria con el tema "Amo mi país".
Los estudiantes aseguran que lo que saben lo han aprendido en revistas, Internet y de los amigos. "En mi colegio, tenemos una vez al año el día de los chicos y el día de las chicas. Ese día nos separan y nos explican algunas cosas", dice entre dos pilas de libros una adolescente de 16 años. "¿Con mis padres? No, no, no he hablado nunca", niega sonriendo. A continuación se sonroja: "No siento una gran atracción por esto, no pienso mucho; quizá los chicos lo hacen. Pero sería bueno recibir clases de educación sexual, tanto nosotras como ellos".
Ellos también dicen que les gustaría recibir esta formación. "Debería ser para todos", afirma Wu Bo Yu, un joven de cara romántica, de 15 años, sin dejar de hojear un libro de literatura china. "En mi clase hay un grupo de malos estudiantes que hablan mucho de esto. Yo no sé mucho, pero sabré algún día, cuando llegue el momento", dice bajando la mirada.
A Liu Song Wei, de "casi 15 años", también de Pekín, apasionado de la física, lo que le preocupa es que la educación sexual suponga un nuevo examen. "Ya tenemos que estudiar mucho, como política, que detesto. Debería ser parte de las clases de biología. Yo sé algunas cosas, ya no estamos en los ochenta. Hablamos entre amigos, aunque todo es muy vago".
Para la mayoría de los padres, sin embargo, no hay más que los estudios. Li, una diseñadora de moda de 38 años que tiene su propio negocio, recorre los pasillos de la primera planta con su hija adolescente mientras va acumulando libros. "Está bien que los colegios den educación sexual, pero deben hacerlo de una manera científica. Nosotras hemos hablado, pero sin entrar mucho en los detalles. No quiero que mi hija sepa demasiado sobre el comportamiento. Así será mejor estudiante. Está en uno de los mejores colegios de Pekín, y no tiene tiempo para estas cosas. Quizá quienes estudien en otro sitio tengan tiempo para pensar en el sexo, pero ella no. Ya aprenderá más adelante, cuando haya entrado en la Universidad. Si saben cómo es y les dices que no lo hagan, intentarán hacerlo".
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