10.000 personas se movilizan en Perpiñán contra una línea de alta tensión que conecta Francia con Cataluña

Unas 10.000 personas ocuparon ayer las calles de Perpiñán, capital del departamento francés de los Pirineos Orientales, para manifestar su protesta contra un proyecto de tendido de una nueva línea de alta tensión entre Baixas (alrededores de Perpiñán) y Bescanó (Gironès). La línea prevista por Red de Transporte Eléctrico (RTE) tendría en total unos 60 kilómetros y requiere torres eléctricas de 70 metros de altura cada 500 metros. Cada una de esas torres ocupa entre 100 y 200 metros cuadrados, según las exigencias del lugar.

La manifestación perpiñanesa fue convocada por una asociación contraria al proyecto y respaldada por los 229 alcaldes del departamento francés y por el Consejo General, institución que gestiona los intereses comunes del territorio en ciertas áreas. El desfile contó con una numerosa participación de organizaciones del otro lado de los Pirineos: el partido ecologista y los defensores del patrimonio natural de la comarca del Empordà fueron los que más hicieron notar su presencia.

La crítica contra el nuevo tendido hace hincapié en que es innecesario -la alternativa más razonable es, dicen, reforzar la línea ya existente entre Baixas y Vic-, en el daño irreparable que causa al patrimonio cultural del departamento -"tenemos 20.000 obras de arte en la zona, somos un Louvre a cielo abierto", dice Christian Bourquin, presidente del Consejo General- y en su hipotético peligro para la salud.

La línea proyectada por RTE cuenta, desde noviembre, con el beneplácito de los presidentes francés y español, Jacques Chirac y José María Aznar, respectivamente. La línea está capacitada para transportar 4.000 megavatios y facilitar los intercambios comerciales de energía eléctrica de acuerdo con las medidas liberalizadoras dictadas por Bruselas.