Piqué: "Repugna que se diga que el Gobierno quiere que ETA siga"

El Partido Popular (PP) se quedó ayer solo en el Parlamento catalán defendiendo al Gobierno central. Su líder regional, Josep Piqué, elogió apasionadamente la política antiterrorista del Ejecutivo de José María Aznar y exteriorizó lo que llevaba días incubando: su indignación por el "victimismo" de culpar siempre a Madrid de los errores de los catalanes. "[Maragall] ha tenido una intervención impropia y ha dicho cosas especialmente graves. Ha dicho algo tan repugnante como que hay alguien [en referencia al Gobierno central] que quiere que ETA siga viviendo para obtener réditos políticos", afirmó.

Piqué dejó ayer de lado su tono habitualmente comedido para dar rienda suelta a su indignación: "Se han utilizado argumentos torticeros y electoralistas", "intervengo para defender la dignidad de esta Cámara", la afirmación de Maragall ha sido "repugnante", Carod apela "a las vísceras y no a la razón", el hasta ahora conseller en cap es una "nulidad como gobernante".

Fueron éstas algunas de las expresiones utilizadas por un Piqué que en varias ocasiones mostró su malestar porque se debatía más sobre la supuesta trama de La Moncloa para desprestigiar al Gobierno catalán y al PSOE -que Josep Huguet (ERC) y Jordi Miralles (ICV-EUiA) calificaron incluso de Aznargate- que de los "irresponsables" contactos de Carod con ETA siendo conseller en cap.

Piqué llegó a decir que el origen de la filtración del encuentro de Perpiñán bien pudo haber sido fruto de la "incontinencia verbal" del líder de Esquerra y, por tanto, nada tendría que ver con los servicios de inteligencia del Estado. El dirigente conservador se mostró afligido por el "daño" que el episodio ha hecho al prestigio de Cataluña y a sus instituciones, que a su juicio han quedado "más asociadas que nunca al terrorismo".

Peligro de secuestro

Para demostrar la "irresponsabilidad" de la actuación de Carod, que acudió al encuentro con ETA siendo conseller en cap y posiblemente presidente de la Generalitat en funciones, el líder del PP puso dos ejemplos de lo que hubiera podido suceder: dibujó la imagen de un jefe de Gobierno "esposado" junto a los etarras Antza y Josu Ternera si la policía hubiera interceptado el encuentro. Y planteó, como pregunta retórica, otra hipótesis aún más dañina: "¿Y si le hubieran secuestrado?", se preguntó indignado antes de contestarse: "¡Es tan terrible lo que ha hecho!". En ambos casos, dijo, la imagen de Cataluña quedaba por los suelos.

El dirigente conservador comparó con sarcasmo a Carod con la "Madre Teresa de Calculta" y explicó sus contactos por su "vanidad". Además de considerarlos desleales, los consideró totalmente contraproducentes: a su juicio, sólo sirven para "dar oxígeno" a ETA. "Con actitudes como la suya, ETA mataría más porque tendría esperanzas de ganar contrapartidas", afirmó Piqué.