Human Rights Watch afirma que no había razones humanitarias para invadir Irak
La ONG recuerda las "guerras olvidadas" de África en su informe anual
La invasión de Irak acabó con el reinado de un Gobierno brutal, pero los líderes de la coalición se equivocan al caracterizarla como una intervención humanitaria, señala Human Rights Watch (HRW) en su informe anual publicado esta semana. El llamado Informe Mundial 2004: Los derechos y los conflictos armados, 407 páginas, argumenta que, aunque es "espeluznante" el historial de abusos de los derechos humanos del derrocado presidente iraquí, Sadam Husein, sus "peores atrocidades fueron cometidas mucho antes" del ataque anglo-estadounidense.
Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, argumenta que, para calificar una intervención de "humanitaria", el motivo de ésta debe ser principalmente humanitario, la amenaza de una matanza debe ser inminente y la escala de los asesinatos masiva. Si se atiende a esa premisa, "el Gobierno de Bush", recalca Roth, "no puede justificar la guerra de Irak como una intervención humanitaria, ni tampoco Tony Blair".
Y se lamenta la organización de defensa de los derechos humanos que se decidiese actuar con tanto retraso "para enfrentarse a atrocidades que habían sido ignoradas en el pasado [el genocidio kurdo en 1988]". En opinión de la organización con base en Nueva York, los Gobiernos de Washington y Londres no intentaron un último recurso, como la apertura de un auto de procesamiento contra Sadam Husein por crímenes contra la humanidad, antes de dar "el paso extremo de la invasión militar".
Roth afirma que los conflictos armados vividos en 2003 -no sólo la guerra de Irak- suponen un particular desafío a los derechos humanos. "Durante el pasado año hemos visto a muchos Gobiernos invocar las demandas de la guerra para excusar sus propias fechorías", denuncia Roth. "Librar una guerra no es una excusa para ignorar los derechos humanos", enfatiza.
Perder la paz
Los derechos humanos tras las guerras tienen un lugar relevante en el informe. En opinión de HRW, las fuerzas aliadas están "perdiendo la paz" en Afganistán porque, fuera de la capital, Kabul, están cediendo el control del país a brutales señores de la guerra. Un ensayo sobre los Estados de la antigua Yugoslavia examina en el informe cómo el fracaso de las iniciativas para promover el retorno de refugiados ha hecho que la "limpieza étnica" siga considerablemente latente en muchas regiones. Asimismo, la organización critica a la comunidad internacional por ignorar "los abusos contra los derechos humanos en la guerra de Chechenia, que Rusia justifican ahora como su contribución a la guerra global contra el terrorismo".
Pero no todo es pesimismo. Existe un ensayo dentro del informe más esperanzador sobre las "guerras olvidadas" de África. En él se analiza los esfuerzos de los líderes regionales, especialmente en la recién creada Unión Africana, para adoptar un papel más activo poniendo freno a los conflictos armados y los abusos contra los derechos humanos.
Existe en el informe una denuncia expresa a la manera en que se libra la guerra. En particular, sobre el uso de municiones de racimo y de niños soldados, así como se reclama sancionar a los Estados que venden armas a conocidos violadores de los derechos humanos.
Desde las páginas del informe anual no se quiere dejar pasar por alto las "guerras de recursos", el papel de los gobiernos corruptos en los análisis sobre cómo las materias primas preciadas, como el petróleo y los diamantes, provocan que los grupos rebeldes inicien guerras civiles.
Hace 25 años se fundó HRW. Desde entonces, el movimiento pro derechos humanos ha recorrido un largo camino. Sin embargo, muchos de sus logros están siendo amenazados con la excusa de una guerra interminable y sin fronteras contra el terrorismo, afirma Roth.
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