Austria quiere exportar presos
Viena propone financiar cárceles en Rumania y deportar a reclusos de aquel país
Austria quiere construir una nueva cárcel en Rumania para enviar allí a los naturales de este país que han sido detenidos en territorio austriaco. La idea se le ocurrió al ministro de Justicia, Dieter Böhmdorfer, del Partido Liberal (FPO) del ultraderechista Jörg Haider. Las autoridades rumanas han reaccionado con entusiasmo.
Según Böhmdorfer, el objetivo principal es economizar. El proyecto, en su opinión, "resultaría rentable", ya que con una inversión de dos a tres millones de euros para erigir una prisión se podría ahorrar la mitad del coste de mantenimento de los reclusos originarios de Rumania, que se calcula en 13,5 millones de euros anuales. Cada preso le cuesta a Austria unos cien euros por día. En cambio, el Estado rumano no gasta más de 10 euros diarios por reo. En las cárceles austriacas hay 275 presos rumanos. Constituyen el tercer grupo de delincuentes extranjeros, después de los nigerianos y yugoslavos. El 40% de las 8.000 personas detenidas en prisiones austriacas viene de otros países.
Amnistía Internacional critica la iniciativa "porque atenta contra los derechos humanos"
"Es idea muy buena que trae sólo ventajas y responde al espíritu de la Convención Europea", comentó la ministra rumana de Justicia, Michaela Stanoiu, en una entrevista a la radio O1 de Viena.
La primera iniciativa había surgido de Italia, pero Austria da los primeros pasos para concretarla. En el proyecto austriaco, Stanoiu ve, ante todo, el provecho financiero para su país, donde urge superar el deteriorado sistema penitenciario. En Rumania, las 44 cárceles que albergan en total a 43.000 presos están superpobladas y no responden a las normas europeas. Hay celdas para cuatro personas donde viven doce. Según la organización Amnistía Internacional, alrededor de 600 presos se ven obligados a compartir cama. La ministra de Justicia rumana también destaca que la repatriación de delincuentes a su país de origen trae ventajas a la hora de la reinserción, dado que el reo puede recibir visita de sus famliares mientras está entre rejas, y después de cumplida la pena le resultará más fácil regresar a su propio entorno cultural y familiar.
Pero no se trata únicamente de delegar a la justicia rumana el cuidado de presos ya condenados. También los rumanos en prisión preventiva en Austria serían inmediatamente "exportados" con todos los expedientes traducidos al rumano, según comunicó el Ministerio de Justicia austriaco. En contrapartida, Rumania debería garantizar el seguimiento del proceso penal y el cumplimiento del castigo.
Una delegación del Ministerio de Justicia austriaco viajó el lunes a Bucarest para comenzar la negociación de un acuerdo previsto para marzo. Mientras los Gobiernos de Austria y Rumania hablan de las ventajas de un modelo que pudiera ser precursor para la cooperación europea en materia de derecho penal, las organizaciones humanitarias están consternadas. Michaela Klemens, portavoz de Amnistía Internacional, considera que el proyecto es "absurdo" y nada viable, porque atenta contra la Constitución austriaca y contra los derechos humanos.
La idea de abrir filiales penitenciarias en otros territorios encierra el riesgo de reproducir el "truco de Guantánamo", dijo un experto de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, e indicó que en Guantánamo los prisioneros afganos no están sujetos a las mismas garantías legales vigentes en territorio estadounidense y están más expuestos a violaciones de sus derechos..
Defensores de refugiados e inmigrantes critican el cariz xenófobo del planteamiento del ministro Böhmdorfer, quien antes del ingreso del FPO en el Gobierno en el año 2000, cuando trabajaba de abogado personal de Haider, se dio a conocer por sus frecuentes denuncias contra periodistas que criticaban al líder ultraderechista. Ahora, Haider aplaude a Böhmdorfer y añade que habría que aplicar el mismo modelo para repatriar otros presos construyendo cárceles en Nigeria y Turquía.
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