"La ciudad no tiene en cuenta la vida doméstica"

Anna Bofill (Barcelona, 1944) es una de las referencias imprescindibles a la hora de hablar de los estudios de género aplicados a sus dos dedicaciones profesionales: la arquitectura y la composición musical. En este último campo, sus aportaciones han permitido recuperar la historia oculta de las mujeres en la música. Y en la arquitectura destaca por sus estudios sobre las relaciones de las ciudades y la mujer.

Pregunta. ¿Por qué reivindica la intervención de la mujer en el diseño de la ciudad?

Respuesta. La ciudad se ha construido desde el punto de vista laboral y de desarrollo económico, y nunca se ha tenido en cuenta la vida doméstica, porque los que han diseñado las ciudades, los hombres, nunca se lo han planteado. Dicho simplemente: ellos llegan a casa y ya tienen todo preparado.

P. ¿Cómo se puede conseguir una ciudad más amable?

R. Por citar un aspecto, el de la movilidad, hay que diseñar un transporte público que no sólo sea radial, sino también circular, que comunique los barrios de la periferia sin pasar por el centro. Hay que tener en cuenta que el hombre se desplaza de casa al trabajo, y la mujer tiene unos movimientos más completos, un desplazamiento poliédrico.

P. Por lo que dice, un futuro más que negro para los barrios dormitorio.

R. Hay que dotar a estas zonas de los servicios y los lugares liberados del tráfico que tiene el centro urbano, para que sus habitantes no tengan que trasladarse al centro para cualquier necesidad o para pasear.

P. Usted también es compositora. ¿Cuál es el ritmo de su ciudad ideal?

R. Hay una mirada desde el ciudadano que camina, que es la que me interesa. Es cuando se disfruta del ritmo de la ciudad vivida, de la ciudad como espacio de placer.