Miquel Navarro desvela en el Guggenheim su "simbiosis" entre la ciudad y el hombre
El Guggenheim Bilbao presentó ayer al público la nueva pieza que ha sumado a su colección permanente, la escultura Ciudad Muralla 1995-2000 del valenciano Miquel Navarro. El escultor definió su obra, formada por cientos de piezas metálicas de diversos tamaños colocadas en el suelo de la sala simbolizando una trama urbana, como una "simbiosis" entre la ciudad y el ser humano. "Las ciudades tienen un cerebro, fluidos y arterias como cualquier cuerpo humano", dijo. El director del museo bilbaíno, Juan Ignacio Vidarte, consideró que la obra es una de las "más magníficas" ciudades que ha hecho el autor.
Navarro comenzó a realizar este tipo de paisajes urbanos escultóricos en 1973.
Paralela a la obra, Navarro ha instalado en el museo otra ciudad didáctica destinada a los niños y escolares que lo visiten desde el próximo 1 de febrero y hasta finales de mayo, que podrán jugar con ella como si fuera una construcción infantil.
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