Bombay: otro mundo es inevitable
De nuevo el Foro Social Mundial (FSM), construyendo la razón crítica, disputándole al Foro de Davos la batalla de los valores: el desarrollo humano sostenible frente al crecimiento económico excluyente, la democracia participativa frente a cualquier ejercicio autoritario y corrupto del poder. El I Foro de Porto Alegre, en 2001, supuso un punto de inflexión cualitativo. Más allá de la expresión de resistencias concretas ante los organismos globalizadores, la red altermundialista se dotó de un referente tangible donde debatir y proponer alternativas. Hoy el FSM constituye una práctica consolidada de ciudadanía a escala mundial. Se inserta en el proceso de contestación e innovación social, política y cultural global que empezó a fraguarse en aquella ya lejana rebelión zapatista y que se ha expresado con tanta fuerza, recientemente, en las movilizaciones contra la guerra de Irak y contra el mundo unipolar. Pero este año, el FSM se ha desplazado de Porto Alegre a Bombay (Mumbai desde 1997). La apuesta era arriesgada. Aquí el foro no cuenta con apoyo institucional alguno, todo se financia y organiza desde los movimientos populares y un impresionante enjambre asociativo. El resultado es muy positivo: 100.000 participantes, 2.660 organizaciones acreditadas y más de 2.000 espacios de debate. Bombay, además del ejemplar esfuerzo organizativo, aporta elementos nuevos y enriquecedores. La inmensa mayoría de los participantes provienen de la India y otros países asiáticos. Se produce pues un ensanchamiento de la red social, se avanza en el proceso de globalización por abajo. Por otra parte, el espacio asiático aporta nuevas realidades y ejes movilizadores. En Bombay, la crudeza de las políticas neoliberales, que mantienen en la pobreza extrema a nueve millones de personas en la ciudad sin servicios básicos, se articula a las injusticias ancestrales del integrismo religioso, del sistema de castas aún no superado en la práctica y del modelo patriarcal. Todo ello genera dinámicas de movilización social de gran calado. La lucha de los dalits (la casta de los proscritos) ha aglutinado a un número impresionante de organizaciones en Bombay. El FSM ha reforzado y dado visibilidad a la Alianza Nacional de Movimientos Populares, una amplia coalición que sitúa en la agenda política india las demandas de inclusión social, desarrollo sostenible y democracia participativa. Finalmente, grupos de mujeres de muchos países asiáticos se dan cita en el foro para interconectar sus experiencias en la lucha por la igualdad de género.
El Foro Social Mundial de Bombay no cuenta con ninguna ayuda pública: es obra de un impresionante tejido asociativo
Estamos convencidos, desde la vivencia aún in situ del Foro Social Mundial, de que Bombay significa un paso relevante en la construcción de una sociedad civil global, en su triple dimensión de espacio comunitario de confluencia y reforzamiento simbólico y cultural, de taller de ideas y alternativas para hacer otro mundo posible, y de ámbito de contestación, resistencias y movilización ante las múltiples injusticias del capitalismo neoliberal.
Pero los valores, ideas y procesos de aprendizaje que vivimos estos días en Bombay adquieren sentido si enriquecen también los contenidos y los estilos de nuestras prácticas sociales y políticas en Cataluña y Barcelona. La nueva etapa política en nuestro país abre la posibilidad de ir forjando formas participativas de relación entre la sociedad y las instituciones, de ir abriendo camino hacia políticas educativas, sociales, culturales y ecológicas innovadoras y de izquierdas, de situar también a Cataluña como unreferente importante en la dinámica por otra globalización. Barcelona encara, este 2004, el desafío de organizar el IV Foro Mundial de Autoridades Locales, con la cultura y su dimensión de factor de inclusión social como eje vertebrador, y como pórtico del Fòrum Universal de les Cultures. Barcelona toma por tanto el relevo en la apuesta decidida por reforzar los valores de sostenibilidad, diálogo intercultural y resolución pacífica de conflictos en oposición a la guerra y al imperialismo. Desde nuestras respectivas responsabilidades institucionales, y desde el compromiso de ICV por seguir conectando lo local, lo nacional y lo global en la lucha por un mundo decente y habitable, intentaremos aportar nuestro modesto grano de arena.
Dolors Camats es diputada de ICV; Ricard Gomà es concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona.
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