"La creación del Estado palestino en 2005 empieza a ser una quimera"

Mark Otte, un diplomático belga de 56 años, embajador de su país en Israel entre 1992 y 1996, no ha tenido demasiada suerte con las autoridades israelíes desde que sustituyó en junio pasado al español Miguel Ángel Moratinos en el cargo de representante especial de la UE para Oriente Próximo. "Sigo sin poder reunirme con ninguna figura política del Gobierno de Ariel Sharon, aunque se me permiten contactos con altos funcionarios desde finales de noviembre", afirma.

"Sí, resulta contradictorio que Israel diga que quiere tener buenas relaciones con la UE y luego dificulte mi labor. En cualquier caso, yo soy sólo un canal; existen otros", dice un tanto resignado. Brian Cowen, ministro de Exteriores irlandés y presidente de turno de la Unión, realizó una visita a la zona la semana pasada y él mismo acaba de hacerlo días antes. Analistas europeos y norteamericanos creen que la Hoja de Ruta, el plan de paz para Oriente Próximo, está muerto o simplemente se trata de una realidad virtual tras meses y meses de falta de progresos. "Es difícil decir que esté muerto. Al menos, el concepto pervive. Cierto, no vivimos las mejores horas cuando no se llega siquiera a aplicar la primera fase, la de crear un clima de mutua confianza para la aplicación de medidas de seguridad. Tampoco son buenos tiempos para el Cuarteto

[EE UU, UE, Rusia y ONU, encargados de la supervisión del plan]", señala.

Otte, que en los últimos cuatro años ha trabajado en el equipo de Javier Solana en temas de seguridad y defensa, es tildado de "funcionario contaminado" por las autoridades israelíes por haber visitado a Yasir Arafat en su forzada reclusión de Ramala el pasado octubre. "No tengo intención de cambiar y seguiré viéndole si es necesario". ¿Es un obstáculo para las negociaciones el veterano líder palestino, como sostienen Israel y EE UU y, en privado, muchos dirigentes europeos?: "No lo creo. Arafat ha sido elegido democráticamente presidente de la Autoridad Palestina y continúa siendo una figura clave. Echarlo sería un error mayúsculo".

Para el representante europeo, y a la vista de las circunstancias, "la creación del Estado palestino en 2005 empieza a ser una quimera, aunque hay que pensar que sea todavía posible y trabajar para que haya un clima de paz". "Es nuestra obligación hacer ver a israelíes y palestinos que la situación de parálisis resulta muy peligrosa y que las cosas pueden degenerar aún más", opina. Y no le parece que las cosas se vayan a arreglar si Sharon pone en marcha su propio plan de separación que segregaría aún más al pueblo palestino. En ese sentido, considera un "enorme error" la determinación israelí de seguir adelante con el levantamiento del muro de Cisjordania: "Es muy mala señal que sigan su construcción porque refleja una voluntad de aislar a la otra parte. Es inaceptable".

¿Cómo hacer torcer la actitud de Sharon? Otte no tiene respuesta y es ambiguo: "Tal vez haya que buscar una combinación de métodos de persuasión y presión". Sin embargo, el enviado de la UE excluye que la presión signifique sanciones: "Nuestra filosofía siempre ha sido la de la presión amistosa".

El Departamento de Estado no tiene Oriente Próximo entre las prioridades de 2004, inmerso EE UU en la campaña para la Casa Blanca. Los palestinos reclaman que es momento para un mayor papel de la UE, y algunos representantes europeos como el ministro francés Dominique de Villepin así lo creen. "Quizá sea así, pero hay que preguntarse qué somos capaces de hacer", dice en tono prudente Marc Otte. "Tampoco son momentos fáciles para la Unión, que tiene que afrontar una ampliación y no ha tenido éxito en la negociación de la Constitución. Tal vez sea necesario un periodo de reflexión, de reordenar nuestra información y armar una estrategia".

No descarta una fuerza de interposición europea: "Puede ser parte de un proceso de solución futura". Otte discrepa, por otra parte, con quienes desde el Gobierno israelí o la comunidad judía aseguran que hay una campaña antisemita en Europa: "No lo creo, puede que haya incidentes aislados, pero no una campaña". Tampoco cree que Israel sea el mayor peligro para la paz, como sostenía un reciente Eurobarómetro que levantó ampollas en los Quince: "No soy experto en encuestas. Los datos son lo que son y reflejan lo que opinaba un grupo de europeos encuestados, pero no estoy de acuerdo con la conclusión".