"La relación entre la biología molecular y el comportamiento es muy difícil de establecer "
El neurobiólogo francés Jean-Pierre Changeux (Domont, 1936), profesor en el College de France y en el Instituto Pasteur, ha rozado en varias ocasiones el Premio Nobel. Cuando era estudiante con Jacques Monod, hace unas cuatro décadas, descubrió el alosterismo, una propiedad de algunos complejos moleculares que hace que uno de los extremos de la molécula se modifique -por ejemplo se convierte en un canal hacia el interior de la célula- cuando sobre el otro extremo actúa un compuesto determinado. Ese modelo, con múltiples implicaciones y sólidamente demostrado hoy, puso a otros investigadores -Monod y François Jacob- sobre la pista de hallazgos premiados con el Nobel. El trabajo de Changeux ha sido decisivo también para entender cómo funcionan moléculas clave para el tráfico bioquímico en el cerebro, en concreto los receptores del neurotransmisor acetilcolina. Changeux dio recientemente una conferencia en el Instituto Cajal, del CSIC.
"La complejidad del cerebro es comparable a la del resto del organismo"
"Podemos ser optimistas sobre los avances farmacológicos en psiquiatría"
Pregunta. Cuando usted empezó, el término "biología molecular" casi no existía. Ahora se conocen decenas de receptores en las neuronas. ¿Ha cambiado mucho la neurobiología en las últimas décadas?
Respuesta. Se han encontrado muchos receptores. La pregunta ahora es cuál es su función en relación al funcionamiento global del cerebro. Los receptores están en determinadas células, integradas a su vez en determinados circuitos. Así que hay que ir desde la molécula a la neurona, a los circuitos, al comportamiento.
P. Y mientras no se obtenga esa información tan completa la farmacología no podrá avanzar.
R. Eso crea dificultades. Hoy el enfoque de la farmacología es muy global y se trata en cambio de lograr fármacos muy selectivos. Pero puedo anticipar que gracias a los actuales estudios moleculares los habrá. Aunque la relación entre la biología molecular y el comportamiento es extremadamente dificil de establecer.
P. Así que podemos esperar en un futuro cercano mejores tratamientos farmacológicos de enfermedades mentales.
R. Sí, por supuesto. En muchas enfermedades psiquiátricas lo que está afectado es la modulación de la acción en el cerebro de neurotransmisores como la dopamina o la acetilcolina, o ambos. Desde luego hay aún mucho por investigar, sobre dónde están localizados los receptores en los circuitos cerebrales y cómo se relacionan con el comportamiento del individuo. Tampoco se entiende bien la interacción entre la química del fármaco y la química propia del cerebro. Pero aún así podemos ser optimistas respecto a la farmacología, también en lo referente a las enfermedades neurológicas y en particular neurodegenerativas, como el alzheimer.
P. ¿Ha habido avances en fármacos contra el alzheimer últimamente?
R. No, hasta ahora ha habido muy pocos. Pero estas enfermedades se beneficiarán no sólo de la farmacología sino tal vez también de otras formas de terapia, como las terapias celulares. Por eso es crucial el uso de células madre embrionarias en la investigación.
P. Sigue siendo un tema muy polémico.
R. Es polémico para los no científicos, que están más preocupados por la ideología que por la salud de las personas. Afortunadamente este tipo de investigación es posible en algunos países europeos, como el Reino Unido y Suecia, y en Israel. Los demás países son oscurantistas.
P. ¿Cómo es la situación en Francia?
R. Está a medio camino, por desgracia. La investigación en células madre se acepta, pero la clonación terapéutica no, a pesar de que el comité de bioética en Francia se pronunció positivamente al respecto. Es un problema político, no científico. En mi opinión hay que ser extremadamente cuidadoso con los aspectos éticos de la investigación, es algo que me preocupa mucho, pero hay que estar abierto a la investigación, y a técnicas que pueden contribuir a que las personas vivan mejor. El problema de las enfermedades neurodegenerativas es muy importante, teniendo en cuenta el envejecimiento de la población. No digo que la terapia celular sea la única vía, pero es una de ellas.
P. ¿Ha tenido ya la genómica repercusiones importantes en la neurociencia?
R. Nos está proporcionando una cantidad enorme de información, y eso facilita mucho el estudio de la biología molecular del cerebro. Ahora tenemos casi todas las secuencias de las proteínas que actúan en el cerebro. Pero no veo que sea más que eso: información muy útil, pero no hay un concepto nuevo. Aún debemos entender cómo estos genes controlan la fisiología y el comportamiento. Conocemos la secuencia de los genes, pero ahora falta entender cómo interactúan, cómo trabajan juntos para construir el cerebro.
P. ¿Será mas complejo entender el papel de los genes en el cerebro humano que en otras partes del organisno?
R. Sin duda. Siempre digo a mis estudiantes que la complejidad del cerebro es comparable a la del resto del organismo. Tenemos un organismo dentro de un organismo. Y más de la mitad de los genes humanos se expresan en el cerebro.
P. ¿Son esos genes en el cerebro lo que nos diferencia de los primates no humanos?
R. Sí, pero no es cuestión de cantidad. Algo muy importante que estamos viendo en biología molecular es que el número de genes, e incluso la secuencia de esos genes, es muy similar en ratones y en humanos, por ejemplo. Así que no es cosa de números, es cosa de regulación, de dónde están siendo regulados estos genes. Hay un montón de trabajo que hacer que va mucho más allá de la secuencia y es ahí donde residen los secretos de la naturaleza humana. Y no lo dude, esto se entenderá en las próximas décadas.
P. ¿Se llegará a establecer un vínculo claro entre expresión génica y funciones cognitivas?
R. Desde luego, ya se está haciendo.
P. Pero no para emociones específicas, sutiles...
R. Tiene que abandonar el concepto de un gen, una función. Hay que fijarse en las redes de genes, que se expresan en determinado lugar y en determinado momento. Si no, es como decir que el funcionamiento de un coche se debe a una bujía, por ejemplo. No; las bujías y los demás componentes contribuyen y el coche funciona porque todos trabajan juntos. Descolocando una pieza de la red puedes desorganizar la red entera, pero no por eso puedes concluir que lo que hace funcionar el coche es una única bujía. La relación entre gen y cerebro es algo parecido.
P. ¿Se podrán manipular en el futuro estas redes de genes para que los niños tengan tal o cual carácter?
R. Me opongo completamente a este tipo de cosas. Por otra parte, cuando hay un problema genético en la familia se debe dar a los padres la posibilidad de evitarlo. El progreso consistirá en poder decir a los padres que el niño que tendrán será sano.
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