El poder adquisitivo del sueldo ha crecido en 10 años menos del 1%

La capacidad adquisitiva de los trabajadores vascos apenas ha mejorado un 0,84% con respecto a la inflación en los últimos diez años. El encarecimiento de la vida ha llevado a que el equivalente a un euro en 1992 sea ahora 1,54. El mismo euro que entonces ganaba un trabajador, fruto de la negociación colectiva de los últimos diez años, se ha convertido en 1,56. La ligera mejora responde a que gran parte de los convenios han incluido la llamada cláusula de revisión salarial, que corrige la previsión de mejora de los sueldos en función de la inflación definitiva del año.

Los últimos diez años han sido los de contención de la inflación en el conjunto de España, buscando un patrón del Índice de Precios al Consumo (IPC) similar al del entorno europeo. La inflación (un 2,6% en 2003 para el conjunto de España, el mismo porcentaje para Euskadi) sigue siendo, con todo, superior a la media de la zona euro. Todos los sindicatos centran sus discursos en la necesidad de que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, pero las estrategias para ello son opuestas. Además, la negociación colectiva en Euskadi viene marcada por la división sindical en dos bloques, nacionalista y no nacionalista.

El problema se ha establecido en torno a los partidarios o no de la cláusula de revisión salarial. La Administración y las patronales creen que incluir esta cláusula en los convenios no es bueno ni para la inflación ni para la competitividad.

En Euskadi se da la paradoja de que esta disposición es solamente aceptada por los sindicatos no nacionalistas (UGT y CC OO), que la firman en los convenios que promueven, y denostada por los no nacionalistas (ELA y LAB), que prefieren negociar en virtud de la inflación del año anterior. Esta política ha radicalizado sustancialmente las pretenciones de subida salarial de las centrales nacionalistas para este año. De hecho, sólo cerca del 27% de los convenios firmados en Euskadi la recogen.

El problema es negociar conforme a la previsión de inflación del Gobierno central, ya que los últimos cinco años, con el PP en el Ejecutivo, ha sido inferior a la inflación real. El pasado ejercicio, la previsión gubernamental inicial era del 2% y el año se cerró finalmente con un 2,6%. La particularidad de finales de 2003 es la firma de convenios de eficacia limitada (suscritos por centrales que no cuentan con la mayoría) por parte de UGT y CC OO, lo que comporta un mayor número de cláusulas de revisión salarial. Cerca del 20% de los trabajadores de Euskadi están afectados por estos convenios, incluidos los de la Administración general vasca.

Raúl Arza, secretario de comunicación de UGT Euskadi, advierte de que, pese a todo, hay un colectivo que no se beneficia de las revisiones salariales, los perceptores del salario mínimo interprofesional y todos aquellos cuyos ingresos se encuentran vinculados a éste. Desde CC OO se mantiene la misma tesis. Para esta central supone una prioridad la cláusula de revisión "para corregir las desviaciones entre el IPC previsto y el real". Además, esta central critica no sólo al Gobierno central por un dato no ajustado, sino también al Ejecutivo vasco. En ambos casos habla de "estafa a los asalariados".

ELA, el sindicato mayoritario en Euskadi, hace una lectura de la inflación muy distinta. Considera que, sencillamente, los datos son falsos y que la subida de los precios ha sido muy superior. ELA mantendrá este ejercicio su política de pedir "incrementos salariales muy por encima del IPC pasado", apuesta que lleva a cabo de la mano de LAB, central con la que mantiene una unidad de acción y suma más del 55% de la representación. Este sindicato culpa al Ejecutivo del PP del incumplimiento de la previsión de inflación y a las dos centrales no nacionalistas de haber firmado con la patronal CEOE un pacto de moderación salarial. Desde LAB se apuesta por la negociación colectiva.

Los sindicatos nacionalistas han planteado este año subidas salariales cercanas al 4% y el próximo deberán acercarse al 2,5% para poder mantener la capacidad adquisitiva intacta. Esta opción, según fuentes sindicales, ha sido este año bastante complicada por la situación de parón económico. En todo caso, las centrales nacionalistas recuerdan que el pasado ejercicio los beneficios empresariales comenzaron a recuperarse y, por tanto, hay margen de mejora salarial.