La aventura de 'Barret'
"Sus defensores dicen de él que tiene mucho carácter, y sus detractores simplemente que está loco". Así resume el historiador Evarist Caselles la percepción de Pascual entre los habitantes de Pego. Carlos Pascual, apodado Barret en el pueblo, llegó al Ayuntamiento como concejal de Alianza Popular en el mandato de 1987 a 1991. En las elecciones de 1991 repitió como edil, pero esta vez bajo las siglas de Unión Valenciana. En 1995, y gracias al apoyo de los concejales populares, accedió por primera vez la alcaldía.
El PP es, para el socialista Just Piera, que precedió a Pascual en la alcaldía, y para Agustí Selfa, ex concejal por el PSPV, "el que crió al monstruo", el culpable de "auparle" con el fin de desbancar a los socialistas del gobierno. La personalidad de Pascual hizo el resto. Los que le conocen o se han visto obligados a tratar con él le describen como una persona "de la calle", muy activa, que "sabe vender muy bien su discurso", y con una "habilidad lingüística"" que muchos políticos envidiarían. A ello sólo había que sumar discursos que recuperaban viejas espinas, como "la guerra del agua" o el marjal, para hacerse un hueco entre la población, sobre todo entre los más mayores y agricultores.
Y fue así como en 1999 obtuvo la mayoría absoluta, esta vez con su propio partido, el Grup Independent, y empezaron los excesos que le han llevado a los tribunales por más de 40 denuncias, sin contar las que han motivado su condena a prisión por incendiar y transformar el marjal. Inició enfrentamientos con funcionarios, Policía Local y Guardia Civil, lanzó descalificaciones que alcanzaronn hasta al cura. El PP se vio entonces obligado a desmarcarse. Pascual controlaba la radio local, por donde retransmitía sus discursos en ocasiones de horas, era presidente del club de fútbol, y no dudaba en "comprar favores a base de talonario".
Otro de los hechos que marcan su gestión fue el desarrollo del Plan General de Ordenación Urbana, previsto para 25 o 30 años "y que él pretendía realizar en cuatro años", señala el ex concejal socialista Agustí Selfa. Surgió el primer enfrentamiento con un grupo de sus defensores, la mayoría propietarios afectados por la aprobación de unos planes urbanísticos que les obligan a pagar cuotas millonarias. A pesar de ello, en las últimas elecciones volvió a ser el candidato más votado. Sólo el pacto entre todos los partidos de la oposición (PP, Bloc y PSPV) consiguió desbancarle de la alcaldía.
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