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Reportaje:

Campofrío pierde peso

El grupo vende su división de carnes frescas para centrarse en elaborados

Campofrío comenzó el año con la venta de Primayor, su división de carnes frescas, por 17 millones a la empresa segoviana Proinserga. Oficialmente el grupo ha justificado la venta por no ser un negocio rentable y la necesidad de volcarse en la venta de productos elaborados. Sin embargo, en medios del sector se coincide en que esta venta es consecuencia de las dificultades que ha supuesto para el grupo la compra en 2000 de Oscar Mayer y Navidul.

Con esta venta, el grupo pierde más del 20% de su facturación, aunque mantiene los acuerdos para aprovisionamiento de canales de porcino
Las compras de Oscar Mayer y Navidul en 2000 elevaron el endeudamiento a 300 millones, cifra que hoy se ha rebajado a 170 millones
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"Operamos en un mercado maduro de productos transformados, señala el presidente de Campofrío, Pedro Ballvé. Tenemos una cuota media superior al 30% y en el ultimo año hemos sido el único grupo con un crecimiento en ventas. Consideramos que disponemos en este segmento de un importante margen de crecimiento y queremos destinar a ello el máximo de recursos. Ésa es la razón para la venta de una división que hoy no hemos considerado estratégica".

Primayor es una empresa constituida hace escasamente dos años tras los procesos de compras de las empresas Oscar Mayer y Navidul para aglutinar toda la división de carnes frescas y de mataderos. Esta política supuso reunir en una sola sociedad los mataderos de las tres las empresas ubicados en Lérida, Murcia, Valencia, Zaragoza, Teruel, Albacete, Burgos y una sala de despiece en Madrid. En total, una sociedad que llegó a facturar, incluidas las ventas al propio grupo, 391 millones de euros y unas 290.000 toneladas, y que en el momento de la venta tenía una facturación de 320 millones de euros y 208.000 toneladas de carnes, el 20% del grupo.

Primayor, como sociedad dedicada a la actividad de las carnes frescas, formaba parte en el seno de Campofrío de un proyecto muy ambicioso en todo el proceso de producción con la trazabilidad y el control de la calidad de la materia prima desde la granja al matadero. En esta línea, el grupo había puesto en marcha en los últimos años diferentes iniciativas con grupos como Castileón, Degaporsa o Degesa para concentrar una producción controlada de cerdos en un radio de acción de unos 100 kilometros en torno al matadero de Burgos, que iba a ser el punto de referencia del grupo. Por otra parte, se había diseñado una estrategia para reducir costes de transporte hasta el punto de sacrificio. El matadero de Burgos, financiado por Caja Burgos, se consideraba para el grupo como la joya de la corona y se contaba con el mismo como punto de referencia en la política de exportaciones de carnes a todo el mundo, y fundamentalmente a Estados Unidos, Japón o el resto de la Unión Europea. Las carnes frescas eran igualmente una apuesta para ganar mercados y también para lograr recursos por una vía más rápida que con los productos elaborados. Sin embargo, lejos de ofrecer resultados positivos, la empresa arrojó pérdidas de unos cinco millones en 2001 y de 7,7 millones en 2002.

Con la venta de Primayor, al menos por el momento, toda esa estrategia del Grupo Campofrío hacia la producción en origen ha quedado en el alero. Desde el grupo burgalés se justifica la decisión ante la necesidad de volcarse en el mercado de los productos transformados, donde aumentó ventas en 2003 y donde se considera tiene un gran potencial de crecimiento. Para el presidente de Campofrío, el grupo mantiene los compromisos sobre suministros de materia prima por parte de Proinserga en las mismas condiciones que con Primayor. Pedro Ballvé justifica igualmente la decisión de deshacerse de esta parte del negocio por ser algo que coincide con lo que hacen los grandes grupos del sector cárnico en el mundo.

No se discute, sin embargo, la posibilidad de que, si la empresa hubiera estado sobrada de recursos, podría haberse ahorrado la venta y diseñar estategias en ambas direcciones, hacia los elaborados y las carnes frescas.

Esta venta se suma a la retirada del grupo en los últimos años de países como República Dominicana, México, Argentina o Filipinas, bajo la justificación de centrarse en la Europa del este.

La integración de Navidul y O. Mayer

El desarrollo de Campofrío en los últimos años ha estado marcado por las luces y sombras de su estrategia exterior y fundamentalmente por la compra en un plazo de seis meses en 2000 de dos de sus más directos competidores en España, Oscar Mayer por 100 millones de euros y Navidul valorando la misma en 300 millones de euros. Esta compra supuso para el grupo burgalés aumentar su liderazgo en España, pero también elevar peligrosamente su endeudamiento en un mercado maduro.

En algunos medios del sector se calificaron las operaciones como arriesgadas e incluso como una carrera hacia adelante del grupo. Para Pedro Ballvé, fueron, sin embargo, unas compras que hoy volvería repetir en cuanto supusieron cerrar el camino en España a grandes multinacionales en el sector.

Para Campofrío, las compras significaron endeudarse hasta 300 millones de euros, cifra que hoy se ha reducido ya a 170 millones gracias a la buena gestión y ampliación de capital. Se reconoce que fusionar tres grupos, tres estructuras, tres culturas, ha sido una tarea compleja, pero que la misma ya se ha cerrado y desarrollado con el coste previsto. Para el grupo, lo peor de las fusiones ya ha pasado y se deben ver ya los frutos.

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