Un viaje a la Antártida pone fin a la visita de Estado del Rey a Chile
100 científicos españoles trabajan en las bases
"No es usual que una visita de Estado termine aquí. Es la primera vez que ocurre, y yo me alegro de haber sido el primero". El rey Juan Carlos pronunció estas palabras la noche del viernes al llegar a la Antártida, en el primer viaje que realiza al continente helado. Acompañado del presidente Ricardo Lagos, el Monarca finalizaba su visita de Estado de tres días a Chile, en la base de la isla Rey Jorge del archipiélago de las Shetland del Sur.
Los dos mandatarios compartieron la última jornada con una larga travesía por el estrecho de Magallanes, un vuelo de tres horas en un Hércules de la Fuerza Aérea chilena y una caminata sobre el hielo y bajo la nieve en territorio antártico. El Rey continuó su viaje al fin del mundo a bordo del rompehielos Contraalmirante Viel hasta las dos bases científicas españolas en la Antártida, la Juan Carlos I, inaugurada en enero de 1988 en la bahía sur de la Isla Livingstone, y la Gabriel de Castilla, que entró en funcionamiento en diciembre del mismo año en la Isla Decepción, en recuerdo al almirante que avistó por primera vez la Antártida, en 1603.
El ministro de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, que formaba parte de la comitiva real, señaló que la visita del Rey es una clara demostración de apoyo a la comunidad científica española en la Antártida. Cerca de un centenar de científicos y técnicos trabajan en las dos bases mencionadas y en el buque Las Palmas en 18 proyectos diferentes. En los últimos ocho años, la inversión en 394 proyectos ha sido de 44 millones de euros.
España se adhirió al Tratado Antártico, suscrito en Washington en 1958, del que pasó a ser miembro consultivo en septiembre de 1988. Los firmantes se comprometen a congelar toda reclamación territorial, no utilizar la Antártida con fines militares y compartir su uso para la investigación científica y la convivencia entre las naciones.
En 1998 entró en vigor el Protocolo de Protección del Medio Ambiente, conocido como Protocolo de Madrid, que regula la presencia y actividad humana en la Antártida, considerada la mayor reserva de agua dulce del planeta y observatorio privilegiado para el estudio e investigación de los cambios climáticos de la Tierra. El inmenso continente helado, de 14 millones de kilómetros cuadrados, y los mares que lo rodean desde los 60º grados de latitud sur son patrimonio de la humanidad.
Las campañas españolas en la Antártida adquirieron gran impulso con la botadura, en marzo de 1990, del buque de investigación oceanográfica Hespérides, que paradójicamente en el primer viaje real a la Antártida no está en la zona, sino reparándose en España.
Las malas condiciones meteorológicas obligaron a retrasar el viaje a la base Eduardo Frei, por lo que el Rey y el presidente Lagos navegaron a bordo del buque Aquiles por el estrecho de Magallanes. Entre los invitados a la travesía había autoridades regionales, parlamentarios y el embajador de Chile en España, Enrique Krauss, antiguo presidente de la Democracia Cristiana. Llamó la atención entre los presentes el senador Sergio Fernández, del partido derechista Unión Democrática Independiente por la XII Región (Magallanes). Ministro del Interior del régimen del general Augusto Pinochet en dos ocasiones, Fernández figura en una lista de 38 antiguos altos cargos civiles y militares de la dictadura acusados de violaciones de derechos humanos en poder del juez Baltasar Garzón. En 1999, el Gobierno chileno del entonces presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, recomendó a los integrantes de la lista que no viajaran al extranjero por el riesgo de ser detenidos si el juez español dictara una orden internacional de detención, como hizo en octubre de 1998 con el arresto de Pinochet en Londres. Fernández, que saludó y elogió al Rey, dijo que sus abogados le recomendaron no viajar a España y que ha sido llamado a declarar en múltiples ocasiones por jueces chilenos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.