"Quiero convertirme en una metralleta humana"
Erez
A sus 21 años y perteneciente a una familia de clase media, la suicida de ayer, Rim al Reyashi, volvió a vulnerar otro tabú dentro de la lucha armada palestina y a romper los esquemas de los expertos antiterroristas israelíes.
Si en enero del año 2002, Wafa Idris, una asistente sanitaria del campo de refugiados de Al Amari pasó a ser la primera suicida dentro de una serie de siete, Rim se convirtió ayer en la primera suicida casada y madre de dos hijos: un niño de tres años y una niña de 18 meses.
"Sólo Dios sabe cuánto amo a mis hijos", dijo lacónicamente ante la cámara la suicida, en una cinta de vídeo que fue luego distribuida a las televisiones y agencias de información.
Ese amor filial hacia los propios parecía complementado por un odio ante los extraños. "Llevo desde los 13 años soñando con convertirme en shahid [término que literalmente se traduce por mártir, pero que en la práctica se utiliza para denominar a los que cometen atentados suici-das]", añadió la joven despidiéndose de este mundo.
Con una cinta verde de Hamás anudada alrededor de su cabeza y un fusil de asalto sobre sus piernas, aseguró querer convertirse en una "metralla humana". Tras simular un desfallecimiento, se inmoló llevándose consigo la vida de aquellos soldados que, ingenuamente, se apresuraron a ayudarla para que se incorporara.
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