El 'cerebro' del fraude contable en Enron se enfrenta a 10 años de cárcel tras admitir su culpabilidad
El caso Enron dio ayer un importante giro después de que se declarara culpable uno de los peces gordos de la trama contable que provocó el colapso de la compañía en diciembre de 2001. Andrew Fastow, director financiero del gigante energético estadounidense en la época, aceptó finalmente cooperar con la justicia y contar los detalles del fraude. A cambio, será sentenciado sólo a 10 años de cárcel. Su esposa, Lea Fastow, asesora contable de Enron, también admitió su culpabilidad y pasará cinco meses en prisión por su participación en el fraude.
La declaración de Andrew y Lea Fastow se produjo ayer tarde en dos audiencias por separado ante la Corte Federal de Houston. Los juicios contra los máximos ejecutivos implicados en el escándalo contable en Enron, que provocó la mayor quiebra de la historia en EE UU, estaba previsto que comenzaran ya el próximo 10 de febrero. Junto a los Fastow aparecen implicados en la trama financiera el ex presidente Kenneth Lay y el consejero delegado del grupo Jeffrey Skilling.
Negociaciones
Los abogados de los Fastow se pasaron negociando todo el fin de semana con el juez para encontrar una solución. Lea Fastow ya rechazó la semana pasada la declaración de culpabilidad que debía pronunciar ante el juez David Hittner para poder recibir un trato de favor por sus revelaciones. Las condiciones recogidas en ese preacuerdo rechazado por Lea no difieren mucho de las que se aceptaron ayer. Al final, los dos entonaron el mea culpa.
Por cooperar con la justicia, Lea verá reducida su condena a un máximo de cinco meses de cárcel cuando le podrían caer 37 años por los cargos de que se le acusa (declaración tributaria falsa, fraude y lavado de dinero). La declaración de Lea era determinante para que Andrew pudiera cooperar y recibir también un trato de favor por parte de la justicia frente al centenar de cargos de los que se le acusa. De hecho, está considerado como el cerebro y arquitecto de la estructura que permitió esconder el estado real de la compañía bajo declaraciones financieras falsas. También se le acusa del desvío de fondos hacia sus familiares y amigos.
A cambio de su declaración de culpabilidad y de sus explicaciones, será condenado a 10 años de cárcel y en función de lo que cuente la pena podría verse incluso reducida. El juicio de Lea Fastow, previsto para el 10 de febrero, debía ser el primero en la saga Enron. Después le seguiría el de su esposo, Andrew Fastow, el 20 de abril. Además de reducir las condenas, lo que pretendían los Fastow era llegar a un acuerdo con la justicia que les permitiera cumplir las condenas sin dejar a sus dos hijos solos en casa.
Lo que se espera ahora es que Lay y Skilling se animen a cooperar con la justicia ante el temor de las pruebas que aporte el matrimonio. Pero sus abogados afirman que son inocentes.
El estallido del escándalo hizo temblar los cimientos de los mercados financieros. La compañía, con sede en Houston, perdió 68.000 millones de dólares en capitalización bursátil desde su máximo histórico hasta el día en el que presentó la quiebra. La auditora Arthur Andersen sucumbió con ella.
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