Del Sáhara al coche de pedales

El desierto de la producción audiovisual valenciana encontrará mañana un inusual oasis con la llegada a los salas comerciales de dos películas, un hecho insólito en una industria cuya escasa proyección en materia de largometrajes se puso de manifiesto en la sección Mostra Cinema de la última Mostra de València.

Pero las estrategias de las distribuidoras o el destino han hecho que mañana vean la luz dos filmes, de planteamientos opuestos, realizados por productoras de la Comunidad Valenciana y con equipos técnicos y artísticos formados mayoritariamente por profesionales nacidos o afincados en tierras valencianas.

Por una parte se programa Cuentos de la guerra saharaui, el arriesgado estreno como director en una cinta de ficción del reputado realizador de documentales Pedro Pérez Rosado (Puerto de Sagunto, 1953). A partir de un hecho real (la deserción de un legionario de las tropas de ocupación española en el Sáhara en 1975), Pérez Rosado lanza una mirada tierna, solidaria y poética sobre la situación del pueblo saharaui, en una película que su propio realizador define como un intento de "entrar en una cultura diferente como es la islámica, de acercarme a la realidad de un pueblo cuya lucha es como un muro que impide ver su vertiente humana".

Para ello, el realizador saguntino ha recurrido a un lenguaje cinematográfico que pretende "desarrollar el tempo de las miradas de esa gente, a partir de un esquema que reproduce esa cadencia en la preparación del té", según indica, y que pasa por "construir personajes que tienen que ser reales porque se implican con la situación que están viviendo".

Esa transición entre el documental y la ficción, que forma parte también del proceso creativo de Pérez Rosado para hacer el filme, llevó al actor protagonista, el castellonense Sergi Calleja, a "no interpretar mi personaje, sino a implicarme en él, lo que me hizo ser mucho más beligerante con la situación que vive la gente en los campamentos de refugiados". Un sentimiento que comparte el actor Jorge de Juan, quien espera que el estreno del filme sirva para "incidir en la causa política de esa gente, ya que es poco lo que se hace para encontrar una solución al problema".

Prácticamente en las antípodas de Cuentos de la guerra saharaui, se encuentra El coche de pedales, de Ramón Barea, si bien ésta también relata situaciones de vencedores y vencidos a través de un tiempo de injusticia y de falta de libertades, aunque en clave de comedia. También hay otro vínculo entre ambas películas: la presencia del castellonense Sergi Calleja.

Coproducida por las valencianas Trafico de Ideas y Malvarrosa Media, la vasca Alokatu y la portuguesa Take 2000, El coche de pedales fue rodada en su integridad en el centro de Valencia y alrededores. Y su producción la comparten, a partes iguales, profesionales vascos y valencianos. Esta noche se realiza el preestreno en los cines Babel de Valencia.

Cuarto largometraje como director del actor bilbaíno, el filme cuenta con Alex Angulo y Rosanna Pastor en sus principales papeles. Es "una comedia agridulce y una película de sentimientos en la que los vencedores no son felices y los que no tienen nada encuentran la felicidad en cosas pequeñas", comentó ayer la productora Piluca Baquero.

Una mirada tragicómica sobre la España de las postrimerías de los años 50 desde el punto de vista de un niño, hijo de un antifranquista y una mujer de buena familia, que en su obsesión por conseguir un coche de pedales descubre el mundo de los adultos, sus mentiras y su realidad. Una película familiar que presenta una Valencia franquista que puede parecer muy lejana, pero que en realidad refleja la vida de hace poco más de 40 años.