La Generalitat anuncia un plan de choque para seis barrios de Barcelona

Prioridad: el Área Metropolitana de Barcelona y un gobierno local que la dirija. Esa fue una de las principales cuestiones abordadas en la primera reunión entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Fue una sesión de trabajo en la que también se concretaron algunas estrategias conjuntas, como la rehabilitación integral de seis barrios de la ciudad, e intercambios: Maragall pidió al alcalde el palacio real de Pedralbes y Clos, a cambio, instó a que el Gobierno catalán se implique en la nueva plaza de las Glòries.

Fue un encuentro un tanto especial, el primero de ambos dirigentes socialistas con una agenda específica de cuestiones que tratar sobre Barcelona. "He venido con una lista con 40 asuntos y hemos tratado unos cuantos", resumió Clos -que nunca mantuvo sesiones de trabajo con el anterior presidente catalán, Jordi Pujol- al término de la reunión. Será un encuentro que tendrá continuidad y que se reforzará con la puesta en marcha de una comisión estratégica de enlace. La formarán tres representantes por administración - concejales y consejeros, posiblemente- que tratarán las cuestiones y proyectos prioritarios para Barcelona y su área.

Una prioridad será la creación de un nuevo organismo que desarrolle las principales políticas -infraestructuras, urbanismo, saneamiento- del territorio del área metropolitana: comprende una superficie de unos 620 kilómetros cuadrados entre Barcelona y otros 35 municipios. Pese a que no se trató del calendario para establecer este organismo, Clos se mostró convencido de que puede ser una realidad en 2004. "Será una entidad de régimen local, presidida por un concejal o un alcalde", enfatizó Clos, quien subrayó que "no se pretenden tutelas adicionales", en alusión a las voces que abogan para que la presidencia de la nueva entidad recaiga en algún miembro del Gobierno catalán. El área comprendería lo que es actualmente la primera corona, aunque poblaciones del segundo cinturón, como Sabadell, Mataró y Vilanova, tendrán un peso importante, precisó Clos.

Maragall y Clos trazaron cinco proyectos estratégicos para desarrollarlos conjuntamente. Uno de los principales es la rehabilitación integral de seis barrios de la ciudad, cuatro de ellos en el centro histórico. Uno de los ejes será la rehabilitación de la vivienda y la creación de un parque de pisos de protección, junto con otras políticas sociales, como la creación de guarderías y todos los servicios de atención a las personas. Las otras cuatro prioridades son la creación de un consorcio que unifique la investigación biomédica en Barcelona, el impulso del sector de la industria aeronáutica, el desarrollo del parque Universitario de Levante -una reserva de 140.000 metros cuadrados de edificabilidad en el territorio del Fòrum, frente a La Mina- y la creación del Instituto de Estudios Internacionales de Barcelona, en colaboración con las universidades. Clos también quiere impulsar, conjuntamente con la Generalitat, el Instituto Internacional de Arquitectura de Barcelona.

Pero lo más tangible de la reunión mantenida entre Maragall y Clos fue un intercambio de peticiones. El presidente solicitó que la ciudad ceda el palacio de Pedralbes a la Generalitat, que carece de un lugar adecuado para las recepciones -la ciudad es la titular del palacio real y el palacete Albéniz-, y Clos, como contrapartida, demandó el apoyo de la Generalitat en la reforma de la plaza de las Glòries. En concreto, que el Gobierno catalán colabore en la construcción de una de las piezas del futuro espacio; la Cripta de los Tesoros, un museo proyectado por Oriol Bohigas para agrupar algunos de los museos dispersos por la ciudad. Pese a que no se trató de la reforma urbanística de Glòries que supone la construcción de un intercambiador en el subsuelo y la prioridad del transporte público, Clos dio a entender que la Generalitat lo apoya.