De la favela a Zaragoza
Álvaro, central brasileño, triunfa junto a Milito tras su paso por Las Palmas
El centro de la defensa del Zaragoza tiene sabor suramericano al completo. Y peso específico. Junto al argentino Milito, rechazado por el Madrid, pero asentado en la capital maña, otro triunfador es el brasileño Álvaro Luiz Mayor de Aquino, que sus 26 años tiene muy claro cuáles son sus objetivos y lo que cuesta conseguirlos.
Se considera una persona afortunada, pero asegura que en la vida no ha tenido las cosas fáciles. "Tuve que hacer las pruebas para entrar en el Sao Paulo cuatro veces, pues era muy delgado y tenía el cuerpo demasiado pequeño" afirma. Le agradece muchas cosas al fútbol, porque le ha proporcionado una vida con la que no podía ni soñar en la favela donde creció. Ahora viste con orgullo la camiseta con el número cinco del Zaragoza, equipo que le ha permitido seguir jugando en España cuando estaba a punto de regresar a Brasil desde Las Palmas.
Comenzó su carrera profesional en el Sao Paulo, donde logró los mayores triunfos de su palmarés. Algunos de sus compañeros eran jugadores tan conocidos en España como Fabio Aurelio, Denilson, Belletti o Vagner.
Siempre estuvo rodeado de grandes estrellas durante su trayectoria deportiva en Brasil. Se crió con Ronaldinho, jugador al que se va a enfrentar esta tarde, y con el que jugó en la selección de los Juegos Olímpicos de Sydney, donde fueron eliminados en cuartos de final por Camerún.
Esfuerzo y lucha
Se define como un jugador con mucha fuerza y muy trabajador, pero cree que nunca llegará a ser como Denilson o Ronaldinho porque ellos "han sido tocados por la mano de Dios, al igual que Ronaldo. Tienen una calidad a la que no se llega entrenando", dice. "En mi caso ha sido diferente. Mi técnica, mi juego, los he logrado a base de esfuerzo y de lucha", comenta.
Actualmente defiende hombro con hombro al Zaragoza junto al argentino Milito, jugador al que admira por su humildad. Los dos defensas han sabido compenetrarse desde la pretemporada. "Descubrí que era un jugador muy importante para la evolución de mi juego y creo que Milito piensa lo mismo, él acepta mis opiniones y yo las suyas". A ambos les gusta ser líderes en el campo pero Álvaro señala que "aunque pudiera haber conflicto no lo hay, nos dejamos espacio mutuamente, los dos queremos hacer grande al Zaragoza", dice.
Son jugadores jóvenes, con capacidad de liderazgo, y que les gusta asumir la responsabilidad. "Tanto en Argentina como en Brasil los jugadores de 16 años están acostumbrados a tener la responsabilidad de uno de 30, así que nos gusta aceptar esa presión y la vivimos con más intensidad", añade.
Considera que las claves para defender a jugadores como Ronaldo o Torres son la concentración, el espacio corto y confiar en tus compañeros.
El club que le abrió las puertas a la Liga española fue la Unión Deportiva Las Palmas. Allí vivió momentos dulces y otros muy amargos. Debutó en el año 2000 con una victoria ante el Athletic en San Mamés en la que marcó un gol. "No tuve periodo de adaptación, no me importaban ni el frío ni las costumbres, simplemente quería triunfar en España". Pero ese sueño se vio truncado en 2001, cuando fue acusado de haber falsificado su pasaporte para jugar como comunitario. Lo recuerda como el peor momento de su vida deportiva, tuvo miedo de tirar por la borda su carrera como futbolista. "Siempre tendré que vivir con eso, aunque la justicia demostrara que no eran nuestras firmas. Quién sabe, si no hubiera pasado todo aquello quizás ahora sería campeón del mundo". Pero no fue seleccionado con Brasil. Por eso, su mayor sueño ahora es formar parte del equipo de su país que logre el quinto título.
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