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Reportaje:

Saturación en el Clínico

Los pacientes del hospital valenciano sufren los problemas de la presión asistencial

"Es tercermundista". María y su hermano, Juan describen de esta forma las tres últimas semanas que han sufrido en el hospital Clínico después de que a su madre le diera un infarto cerebral. Nada más llegar, a las 14 horas del domingo 30 de noviembre comentan que tuvieron que esperar una hora y media hasta que les atendieron "mientras mi madre no podía controlar los vómitos y la diarrea". De ahí pasó a observación, donde hacia las 21 horas les confirmaron el diagnóstico y recomendaron el ingreso. Sin embargo, tuvieron que esperar hasta las cuatro de la mañana para poder pasar a la enferma a planta, es decir, más de 12 horas después de que entrara por las puertas de urgencia. "Todo este tiempo sin comer, pendientes de lo que pasaba y sin poder estar con ella, hasta que al final dejaron entrar a mi padre", comenta su hija.

Con todo, los primeros momentos, relatan, no fue lo peor. A partir de entonces han visto cómo continuamente su madre ha tenido que compartir la habitación con otros dos enfermos a pesar de que son estancias diseñadas para acoger sólo a dos. De forma intermitente, al igual que en el resto de la cuarta planta del edificio maternal del hospital Clínico, donde se encuentra el servicio de neurología, se separan las dos camas y entra en la habitación un tercer paciente hasta que sale para al poco tiempo ocupar el lugar una nueva enferma.

Esto supone habitaciones repletas de familiares, o presenciar cómo se administra morfina a una enferma que se encuentra en situación terminal separada del resto de pacientes de la habitación por un ligero parabán. "Hay tal falta de camas que no discriminan por gravedad, están mezclados los pacientes", comenta el hijo de la mujer ingresada. Pero además, la sobresaturación provoca que los auxiliares y personal de enfermería no puedan dar a basto con el trabajo que tienen, señalan los familiares de la enferma. "A veces se quedan con el gotero acabado sin quitar durante horas y como tienen tantos enfermos que atender, las enfermeras no pueden con todo", señalan.

La gota que colmó el vaso fue una conjuntivitis que le detectaron la semana pasada. Ante el agravamiento de los ojos, María reclamó un especialista el miércoles pasado. "Me dijeron que hasta el viernes no podría acudir ninguno". Acudió a hablar con la supervisora el jueves por la mañana y al final ese mismo día acudió el especialista. "Parece que si no te pones así no te hacen caso, no sé que pasará con los familiares de la gente que no reclama".

La delegada sindical de CC OO del hospital, Maxi Murcia, recuerda que desde la junta de personal se denunciado a la dirección la presencia de tres camas por habitación "sobre todo en neurología" y apunta que hace 15 días el consejero de Sanidad, Vicente Rambla, "dijo que aumentaría el personal en urgencias y no se ha realizado ningún contrato", por lo que solicitó más personal para reducir la presión que tienen los trabajadores. "Al año hay 17 días festivos y hay trabajadores a los que se debe entre 30 u 60 días porque no pueden librar debido al trabajo que hay", destaca la representante sindical.

Fuentes de la Consejería de Sanidad reconocieron que a lo largo de la semana pasada "ha habido algún momento de presión asistencian el en el que se ha recurrido a esta medida".

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