Navidad, contenido y continente
El continente, con frecuencia, se valora más que el propio contenido. Un excesivo interés en la forma, hace que a menudo nos olvidemos del fondo, y una carencia de fondo conduce como compensación a un realce de la forma. La ausencia de valores se enmascara con la envoltura de una cuidada imagen. Abuso de la estética para disimular la falta de ética. Interesa únicamente lo superficial. Mentes vacías en hermosos cuerpos, fachadas que son simples decorados. Es la sociedad de la apariencia que nos toca vivir en la que tener es la medida del valer y aparentar está muy por encima de ser.
Tal vez un día hubo algo debajo, pero hoy ya no nos importa si bajo tan deslumbrante envoltorio hay algo o nada, el contenido ha sido sustituido por el continente. La navidad, como tantas otras cosas, ha quedado definitivamente reducida al propio envoltorio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.