De izquierdas y de orden

Cuando incluso un guardia civil canta alabanzas del hasta ahora alcalde de Puigcerdà y asegura que, contrariando su ideario político, vota a ERC en las municipales, es que el carisma de Joan Carretero (Tremp, 1955) va más allá de las ideologías. "Todo el mundo siente perderlo como alcalde y como médico", asegura el subteniente Francisco Mora.

Joan Carretero Grau se afilió a ERC en 1990, con el auge de la entrada de Àngel Colom en el partido. Aunque dejó claro a sus valedores que no quería saber nada de elecciones, acabó aceptando ser candidato y en 1995 se convirtió en alcalde por sorpresa. Su reelección y sus sucesivas mayorías absolutas ya no causaron sorpresa. Se define como médico de vocación, tarea que ha compatibilizado con la alcaldía, ejerciendo a jornada completa en el centro de asistencia primaria del municipio. Sus pacientes cantan excelencias de él y cuentan que tras una apariencia distante y poco accesible se vislumbra un hombre "serio, honesto y cumplidor". A menudo compara la acción política con la medicina: "Diagnosticar, tratar y vigilar el tratamiento". Su hombre de confianza en el Ayuntamiento y probable sucesor, Joan Planella, asegura que es "una persona de orden, en el sentido menos peyorativo de la expresión", y añade que la izquierda a menudo tiene miedo de este calificativo.

Carretero es de los primeros que utilizaron el discurso de la integración de la inmigración. Sus resultados electorales confirman que lo ha conseguido.

El futuro consejero es un forofo barcelonista, socio del club, votante de Joan Laporta y miembro de la peña barcelonista de Puigcerdà. Muchos habían pensado en él para convertirle en futuro presidente de la Peña. "Pero ahora, con los altos vuelos, cualquiera se le arrima", aseguran.