Chillida-Leku muestra el diálogo entre el escultor y el poeta Carlos Aurtenetxe

La emoción reunió hace poco más de una década al escultor Eduardo Chillida y al poeta Carlos Aurtenetxe. El sentimiento que despertó en éste la contemplación de la obra del artista ya fallecido se plasmó en un poemario. Y esos versos enseguida encontraron la sentida respuesta de Chillida en forma de dibujos. El fruto de ese diálogo entre los dos creadores donostiarras, poemas y dibujos, ha quedado ahora atrapado en la exposición La casa del olvido, que podrá verse hasta abril en el museo Chillida-Leku.

La comunicación directa entre Chillida y Aurtenetxe, entre el espacio y la palabra, se desató en septiembre de 1992. El escritor visitó la muestra antológica de su obra que el escultor ofreció en el Palacio Miramar de San Sebastián y sintió la necesidad de pronunciarse sobre lo visto y sentido en aquel encuentro con el lenguaje de un artista al que siempre había querido conocer mejor. En ocho días compuso el poemario La casa del olvido, integrado por tres partes: Cuerpo del aire, Al irse de los ríos y La casa de los nueve arcos.

Los versos de Aurtenetxe, la manera en que el poeta representó la mirada de su obra, calaron en Chillida. A lo largo de los dos años siguientes, el artista respondió al escritor con medio centenar de dibujos. Once de ellos, en diálogo con los poemas, quedaron recogidos en 1999 en el libro La casa del olvido, el mismo título que lleva la exposición que se inauguró ayer en el caserío Zabalaga, donde el cantante Amancio Prada ofreció un recital.

La muestra reúne 26 dibujos y extractos del poemario de Aurtenetxe manuscritos por su autor. "Representan todo el proceso de diálogo" entre Chillida y el escritor, destacó ayer Félix Maraña, comisario de la exposición, que se completa con varias terracotas y gravitaciones del escultor relacionadas con las imágenes.

La muestra se verá acompañada en breve por la edición de un segundo libro, La casa de los nueve arcos, que incluirá el conjunto de los dibujos que realizó Chillida inspirándose en los versos de Aurtenetxe y los poemas que la obra del escultor despertó en éste. El diálogo entre ambos continuará así.