Dirigentes rusos estudian boicotear las elecciones presidenciales
Un político demagógico y un fabricante de ataúdes, ambos con un mensaje racista, eran hasta ayer los únicos dispuestos en firme a batirse con Vladímir Putin en las elecciones presidenciales del próximo 14 de marzo. Mientras tanto, las fuerzas de oposición al líder contemplan la opción de boicotear las urnas de hecho como protesta por el juego sucio al que se vieron sometidas en las parlamentarias del 7 de diciembre.
La legislación rusa prohíbe hacer propaganda a favor del boicoteo electoral, pero no exhortar al voto contra todos. Los partidos políticos son libres de presentar o no sus candidaturas. Dado que el plazo para presentarlas concluye el 5 de enero, las diversas fuerzas deciden qué hacer en congresos previstos antes de fin de año.
Las declaraciones de dirigentes del Partido Comunista y de los liberales de Yábloko y la Unión de Fuerzas de Derecha (UFD) indican que no competir en las presidenciales es una de las variantes que se plantean por separado todas estas organizaciones, castigadas por la campaña que privilegió a Rusia Unida. El PC obtuvo el 12,65% de los votos y se vio desbancado como principal opositor. Yábloko y la UFD, con el 4,32% y el 3,97% de los votos, no rebasaron el listón del 5% necesario para entrar en el Parlamento.
"Si no hay candidatos, el Kremlin tendrá que inventarlos", señala un analista. Los voluntarios de momento son Vladímir Zhirinovski, el demagogo y fascistoide líder del Partido Liberal Democrático, que obtuvo el 11,49% de los votos en las legislativas, y Guerman Stérligov, el mayor fabricante de ataúdes de Rusia, cuya xenofobia se vio recompensada con un 3,65% de los votos en los comicios a la alcaldía de Moscú. Tal competencia difícilmente favorecería a Putin, que necesita de un contrincante "políticamente correcto".
Campaña amañada
Tras la campaña electoral amañada para dar la victoria a los seguidores del Kremlin, es posible que aumente el voto contra todos, que en las legislativas fue de un 4,72%, y también que descienda la participación, que debe ser de más del 50% para que las presidenciales sean válidas. En las parlamentarias participaron oficialmente un 55,7%, pero los comunistas, que revisaron por su cuenta el 94% de las actas, aseguran que sólo votó el 52,59% y que tanto ellos como los liberales obtuvieron más votos de los que les fueron adjudicados.
La opción de no presentar candidato, en el caso de que prospere, tiene más de una interpretación. Además de una protesta, puede ser un modo de disfrazar la incapacidad y también una venganza, refinada y arriesgada, contra Putin. Hay asimismo problemas de valentía personal. En la derecha, algunos declinan ser candidatos por temor a su seguridad personal. Las fuerzas que no han superado el 5% han perdido el privilegio de presentar candidatos sin requisitos y deberán reunir dos millones de firmas antes del 28 de enero. Eso implica mucho esfuerzo y dinero.
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