Los populares achacan a Francia un "trapicheo partidista" y "una conducta maliciosa y parcial"

Madrid

"Creo sinceramente que, en su desmedida ambición por entrar a formar parte del club de los inmortales, Francia prefirió jugar a la política de trapicheo partidista con una conducta maliciosa y parcial, en lugar de adoptar la postura que un actor de su importancia y pasado debería haber hecho gala", dijo el portavoz del PP, Luis de Grandes, haciendo explícitas la críticas imprecisas que el propio presidente del Gobierno, José María Aznar, reiteró ayer durante el debate.

A poco más de un mes de la última cumbre hispano-francesa, en la que Aznar y el presidente Jacques Chirac prometieron llevar sus diferencias civilizadamente, De Grandes ni siquiera se privó de describir a Francia como "un gran país vecino y amigo que, desafortunadamente, cambia demasiado a menudo de ideas fijas".

"Un gran país que se aferra a los tiempos románticos y meritorios del proceso de construcción europea y no acierta a entender que una Europa a 25, y bien pronto a 30, debe ser una Europa de todos, hecha para todos y a beneficio de todos, y no un territorio que se pueda dirigir por un triunvirato", añadió.

El propio Aznar, que le escuchó complacido desde su escaño, afirmó que, a diferencia lo que él hizo, "otros no han manifestado ninguna voluntad de compromiso", y, frente a las críticas de la oposición, repitió imperturbable la defensa de la posición española a favor del Tratado de Niza que ha repetido en los últimos tiempos: que Europa, tras el fin de la guerra fría, pensó que ya no había amenaza y quedó atrás en defensa con respecto a EE UU; que sólo si se convierte en la potencia económica mundial podrá Europa contar en el mundo, siempre en alianza con Washington; que esa Europa se tiene que construir sobre acuerdos claros y estables, cosa que la Convención ha hecho. "No es por arrogancia, sino por responsabilidad, por lo que queremos una Europa igual para todos, con pactos de estabilidad que se respeten", dijo Aznar.