El muro de la discordia
25 familias desalojadas por un derrumbe denuncian la dejadez del Ayuntamiento de Málaga
Una semana después de su desalojo por orden municipal, los cerca de 80 vecinos del edificio Montesol de la calle Conde de Ureña de Málaga aún desconocen cuándo podrán volver a sus casas. A la incertidumbre se suma, según la presidenta de la comunidad de vecinos, María Josefa Jiménez, la permanente improvisación del Ayuntamiento de Málaga. El martes, tras solicitarlo formalmente a la Gerencia de Urbanismo, comenzó el estudio geológico que, en un plazo de 10 días, determinará si las 25 familias desalojadas pueden volver a sus domicilios.
"Primero nos dijeron que el realojo era cuestión de un día; luego que esperáramos un poco más y ahora, después de muchos ruegos, hemos conseguido que se inicie el estudio geológico", explica la presidenta de la asociación de vecinos.
Jiménez afirma no entender este caos del área de Urbanismo. "El responsable técnico municipal, Luis Felipe, llegó a decir que, si el edificio se tenía que caer, que se cayera y que no mandaba técnicos porque no podía poner su vida en peligro. Y si esto es así, ¿por qué no han ordenado el desalojo de toda la zona en un perímetro tres veces superior al edificio?", relata Jiménez.
Una vez iniciado el estudio geológico, las preocupaciones de los propietarios se centran ahora en qué hacer en caso de que éste desaconseje su vuelta a casa durante un periodo de tiempo más largo.
El área de Bienestar Social del Ayuntamiento se ha comprometido a hacerse cargo de los gastos de alojamiento de las familias que se hospedan en hoteles de la capital hasta el próximo 22 de diciembre, día en que está previsto que acabe el estudio geológico. Después, si el realojo no es posible, los vecinos tendrán que buscarse un lugar de residencia.
"Si los vecinos no pueden regresar a sus hogares, tendrán que buscar una solución menos transitoria, como el alquiler de una casa", explica la concejala del Distrito Centro, Rosa Agüera.
Ante este panorama, los propietarios han comenzado a moverse, revisando si las pólizas de sus seguros les cubren en este caso o buscando acomodo entre sus familiares para pasar la Navidad.
El administrador de la finca, Santiago Hernández, ha negociado con Unicaja una serie de condiciones para hacer más llevadera la situación en caso de que se prolongue, entre ellas, el aplazamiento de los pagos de las hipotecas o la posibilidad de que los vecinos traspasen sus hipotecas a esta entidad para acogerse a este acuerdo. "Lo que no podemos es vivir en hoteles todo el tiempo, porque a una familia de cuatro miembros que emplee dos habitaciones esto le sale por unos 160 euros diarios", apunta Hernández.
El administrador del edificio Montesol defiende que el Ayuntamiento no puede desentenderse de la situación que atraviesan los vecinos. Hernández, achaca el derrumbe del muro del garaje a que la demolición de un edificio de un solar colindante dejó al descubierto parte del talud que los separaba y que las fuertes lluvias de la pasada semana lo fueron socavando hasta causar el desplome. "Esto ya lo conocían en Urbanismo desde hace dos años, cuando se demolieron las viviendas de al lado, porque la comunidad de propietarios se lo notificó por registro al jefe del departamento municipal de arquitectura", explica mientras enseña la correspondiente notificación con fecha de registro de 8 de febrero de 2001. "Lo que no puede hacer el Ayuntamiento es decir que se trata de un problema privado y que, como tal, nos corresponde a nosotros correr con todos los gastos", afirma indignado. "Han tenido dos años para tomar medidas, o qué pasa, que la Gerencia de Urbanismo sólo está para vigilar los colores de la fachada y que no se construya más de lo autorizado...", añade mientras enseña la respuesta que obtuvieron a su solicitud de inspección técnica del solar colindante: "Que el escalonamiento del solar colindante (...) sin ser garantía de estabilidad futura sí permite apreciar la no afectación por el momento del inmueble objetado".
"Urbanismo se comprometió a mantener una observación durante un tiempo, pero un mes después de recibir la primera respuesta vallaron el solar y ahí quedó la cosa", indica Hernández.
"Nos quieren hacer responsables a los vecinos de un derrumbe que ha provocado la obra en otro solar. Y encima dice el Ayuntamiento que se trata de una catástrofe privada. Entonces, qué es una catástrofe pública, ¿sólo las que ocurren bajo el techo del Ayuntamiento?", se pregunta el administrador del edificio Montesol, quien recuerda con cierta ironía el abultado número de autoridades municipales que acudieron "a hacerse la foto" el día del derrumbe.
Guardia en la entrada
El Ayuntamiento, según los vecinos afectados por el derrumbe, ha decidido retirar la dotación policial que vigilaba a las puertas del edificio Montesol. "Hoy nos han retirado la vigilancia policial del edificio, así que ahora tendremos que montar guardias para evitar que nos roben en las casas", explica Santiago Hernández.
Igual de molesta con la medida municipal se encontraba la presidenta de la comunidad, María Josefa Jiménez. "Como no tenemos bastante, ahora tendremos que vigilar nosotros el edificio". Una semana después de su desalojo, los vecinos siguen contando con turnos (una hora por la mañana y otra por la tarde) para entrar en sus viviendas para recoger los enseres que necesitan.
El Ayuntamiento, por su parte, asegura que no se les ha retirado la vigilancia policial, sólo que, ahora, ésta correrá a cargo de las patrullas asignadas a esta zona de la capital malagueña.
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