El reto de reestructurar el sistema enérgético del siglo XX
"La única forma de frenar las catástrofes es ahorrar energía y buscar alternativas. Es muy importante porque no tenemos demasiado tiempo". Lennart Bengtsson, del Instituto de Meteorología Max Planck de Hamburgo, lanzó este mensaje en las Jornadas sobre el Medio Ambiente de la Real Academia de Ingeniería, celebradas recientemente en Mallorca sobre los impactos en los tres grandes sumideros: aire, mar y tierra. "La energía es crítica para la prosperidad e igualdad globales, por lo tanto, combatir el calentamiento global por medio de una reestructuración del sistema de energía puede ser el mayor reto tecnológico del siglo XXI", dijo el vicepresidente de la Academia, Andrés Ripoll.
Las sesiones tenían indirectamente un marco de referencia: una isla que importa energía del exterior (carbón y fuel), desala con electricidad agua del mar por déficit hídrico, genera 1,5 kilogramos de residuos por habitante (800.000, con ocho millones de turistas anuales) e incinera más que la media de la UE. "La tendencia es a mejorar la calidad de vida, la demanda de recursos en este ciclo, fuentes-insumos-consumos-sumideros", señaló Ripoll, quien supone que la crisis anticipada por las emisiones "no parece que pueda solucionarse por simples regulaciones como el Protocolo de Kioto.
Domenico Rossetti di Valdalbero, responsable científico del Programa de Energía de la Comisión Europea, apuntó: "Una visión en la que se alterna la utopía y el realismo: Kioto sirvió para que los sectores antagónicos, las gentes de los sectores de las energías nuclear, fósil y renovable, empezaran a discutir juntos. Antes de Kioto era difícil que los nucleares estuvieran en la misma mesa que los alternativos. El medio ambiente obliga a debatir, es una cuestión horizontal porque las medidas afectan a todos: la energía alude al transporte y a la política residencial, por ejemplo".
Calidad de la atmósfera
"Es una ciencia joven", aunque "el CO2 no es un coco nuevo, hasta hace poco era considerado un producto de la emisión", advirtió Pedro Luis García Ybarra, subdirector general del Ciemat (Madrid), al detallar las investigaciones de este centro oficial para "devolver la calidad a la atmósfera", que obligan a trabajar mucho para destruir algunos tipos de moléculas antes de su expulsión. "Son nuevos retos porque se deberá incidir más con nuevos conceptos tecnológicos", dijo.
En la actualidad la energía fósil (carbón, petróleo y gas natural) domina en un 90% la actividad económica y social y en la UE, recalcó Rossetti. "La idea es que en el 2050 la economía esté fundada mayoritariamente sobre el hidrógeno. Es una visión, puede que una utopía, pero el hidrógeno es una prioridad de la investigación europea", subrayó.
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