La izquierda pide a CiU y al PP que no sigan la senda de la crispación
Los portavoces de los tres grupos parlamentarios de la izquierda destacaron ayer la oferta de "mano tendida" del socialista Pasqual Maragall hacia los partidos de la oposición. Pero, alertados por las primeras reacciones negativas de CiU y PP al discurso del candidato a la presidencia de la Generalitat, pidieron también que no sigan la senda de la crispación.
Eso fue lo primero que reclamó Joan Boada, portavoz de Iniciativa Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA), tras acoger "positivamente" la intervención de Maragall. "No caigan en la tentación de seguir el modelo de la confrontación y la crispación" que sigue el PP a escala española y en el escenario vasco, dijo.
El republicano Josep Huguet advirtió a los responsables del PP de que mal pueden dar "lecciones de españolismo" y acusar al mismo tiempo a Maragall de instalarse en el "esencialismo", como hizo ayer mismo su presidente regional, Josep Piqué, "cuando el Gobierno del PP está llevando a España a un punto de ruptura". Y agregó: "O ponen cordura o el conflicto político puede ser dramático. O la clase política de Madrid mueve ficha, o mañana no será la cuestión vasca, sino la vasca, la catalana, la gallega y la andaluza".
Más moderado, el socialista Joaquim Nadal insistió en la oferta lanzada por Maragall para alcanzar entre todos los grupos parlamentarios un acuerdo en torno a la propuesta de nuevo Estatuto y de modelo de financiación.
Nadal destacó también que la intervención de Maragall constituyó "una nueva fundación del catalanismo político", que va a distinguirse, entre otras cosas, por abrir a toda la sociedad, lo que CiU se atribuía hasta ahora como patrimonio exclusivo.
Los firmantes del acuerdo tripartito estuvieron atentos también a ver cómo se hacia eco Maragall de la pluralidad política interna del nuevo Gobierno. Para el portavoz de Iniciativa, resultó especialmente satisfactorio, según dijo, que hubiera quedado claro que va a haber "un Gobierno formado por tres partidos".
Y Huguet destacó la "humildad" de la que hizo gala Maragall al admitir que el electorado ha querido "hacer más grandes a los partidos pequeños y más pequeños a los partidos grandes".
En las pasadas elecciones, Esquerra Republicana e ICV doblaron su número de votos, convirtiéndose en aliados imprescindibles para un partido socialista que aspiraba a una hegemonía más clara. Por eso Huguet manifestó su satisfacción. Maragall ha entendido, dijo, "que el resultado electoral puso fin al bipolarismo" entre el PSC y CiU.
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