"Sólo oía gritos y llantos"
IGNACIO CEMBRERO | Salé
A Brahim Ghali se le enrojecen los ojos y se le saltan las lágrimas cuando habla de su hijo Jalid. "Lo intenté sobre todo por él, para poder pagar el costoso tratamiento que necesita", cuenta sentado en un cafetín popular de Salé, la gran ciudad pegada a Rabat. Jalid, de 12 años, está gravemente enfermo y no recibe medicación alguna.