Un equipo imparable
Ronaldo y Raúl abaten al Deportivo en un partido tan exigente como precioso - El Racing alinea a cuatro extracomunitarios ante Osasuna y su empate puede convertirse en derrota - El Valencia aguanta el tirón del Madrid con un gol en propia puerta del bético Juanito - El Albacete ratifica su buen juego con un triunfo en Zaragoza
No hay quien pare al Madrid, que, de una tacada, ha despachado al Atlético, al Barcelona y, ayer, al Deportivo en uno de los partidos más bellos y exigentes del campeonato. Al rescate del equipo, como es costumbre en los encuentros de mayor enjundia, acudió Raúl, que, por fin, marcó el gol que el madridismo le reclamaba desde hace ya un tiempo para no perder comba respecto a Zidane y Ronaldo, espléndido el uno jugando y controlando y el otro rematando. El brasileño cantó su gol número 13 ante un Deportivo especialmente combativo y laborioso, a menudo mandón, bien comandado por Sergio y, en su descargo, mal medido por el árbitro, que pareció pitar a favor del viento en Chamartín.
El Valencia aguantó el tirón del Madrid después de que el Betis se condenara con un gol en propia puerta de Juanito, signo de que la fatalidad verdiblanca no parece tener fin ni goleando en Anoeta. Tampoco escampa la tormenta en Santander: pese a que el Racing empató, se dará ganador a Osasuna porque el equipo de Lucas Alcaraz formó dos minutos con cuatro extracomunitarios, un error administrativo -sólo tres pueden coincidir en el campo- que se penaliza con la pérdida de los puntos.
Las cosas tampoco van mejor en La Romareda, estadio en el que el Zaragoza no gana desde el 19 de octubre. Ayer le venció el Albacete, que ha puesto el intermitente y ya está por delante del propio club aragonés, de la Real, del Celta y del Betis, por no hablar ya del Murcia, pese a su empate en Valladolid. El Espanyol ha quedado tan descolgado que ya ni se escucha su voz contra los árbitros. El Barça dio buena cuenta de los periquitos con el reaparecido Ronaldinho y el goleador Kluivert a la cabeza, pero al tiempo expresó su falta de oficio e inmadurez. En un derby decidido a su favor a la media hora, concedió tres expulsiones, circunstancia que delata su falta de control emocional, por no decir su desquiciamiento tras haber sumado un solo punto en doce partidos. En ausencia de juego, el árbitro, Pino Zamorano, se marcó un récord desde que comenzó la Liga en 1928: seis tarjetas rojas y doce amarillas, sin contar la expulsión de Nkono, el entrenador espanyolista de los porteros.
Por lo demás, el Málaga acabó con la racha del Mallorca, que acumulaba cinco victorias; Reina se bastó para tumbar a la Real en Vila-real, y los dos centrales salvaron un serio apuro del Atlético en Vigo.
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