El Murcia echa en falta un ariete en Valladolid

El Valladolid despachó la visita del penúltimo de la clasificación con un empate sin goles en un partido espantoso. Uno más. El equipo castellano, desde que derrotó al Atlético, tres jornadas atrás, ha comenzado un declive que le acerca a la zona más baja de la clasificación, esa en la que vive el Murcia por no tener un delantero centro que convierta el buen fútbol que elabora en resultados. El equipo de Peiró superó ayer en todo al Valladolid: en intensidad, en juego y en ocasiones. La falta de contundencia le condenó a sumar su noveno empate del año.

El Murcia formó un frontón alrededor de Juanmi. No quería aproximarse al área rival. El Valladolid tuvo la posesión de la pelota de una manera casi absoluta. Pero con tanto espacio por delante se partió en dos. Los dos enganches, Óscar y Sousa, se volcaron hacía la derecha hasta que en esa banda se montó un barullo monumental. Sin referencias, lo único que restaba por hacer era liarse a pelotazos hacia Makukula y, de esa manera, cayeron un par de disparos y un cabezazo de Sousa.

El Valladolid tuvo dos ocasiones en el primer minuto del segundo periodo. La intensidad que no había tenido en la primera mitad se desparramó en dos minutos. El esfuerzo sólo alcanzó para eso, después, el equipo vallisoletano se desintegró. Peiró vió los espacios, colocó a Michel en el centro, puso a Diego Quintana como ariete y comenzó a llegar al área rival casi sin descanso. La falta de remate le dejó sin premio.