50 kilómetros para buscar setas

El otoño es la temporada privilegiada para la recogida de setas y hongos. Y los pueblos del valle navarro de Valdorba las tienen en abundancia en sus bosques. Por eso acaban de inaugurar una completa red de paseos seteros, que suman 49,5 kilómetros de longitud total, que pretenden hacer las delicias de los aficionados. El propio consejero navarro de Medio Ambiente, José Andrés Burguete, recorrió el día inaugural parte de uno de los seis paseos micológicos que se han acondicionado en este valle situado a unos 20 kilómetros al sur de Pamplona.

La iniciativa se encuadra en el proyecto Life Micovaldorba de desarrollo sostenible, cofinanciado por la Comisión Europea. Si en diciembre de 2002 se presentó la asociación de cultivadores de trufas del valle, creada para gestionar la producción y la venta de este más que preciado hongo, ahora se abre al aficionado y a los visitantes una completa red de paseos señalizados en los que buscar algunas de las especies de hongos más comunes de la zona: ilarrakas, rovellones, rúsculas, hongos beltza, champiñón silvestre, rebozuelo, galamperna, senderuela, setas de cardo y de pino y, en primavera, los conocidos perretxikos.

Los paseos nacen en las propias localidades de Leoz, Barásoain, Garínoain, Iratxeta, Orísoain, Pueyo y Unzué, cuyos ayuntamientos han colaborado en el acondicionamiento de los trazados, que carecen de dificultad para su tránsito, y atraviesan bosques de hayas, pino laricio, albar y carrasco, robledales, matorrales mediterráneos, pastizales, prados y bosques de ribera.

Las llamadas angulas de monte serán algunas de las setas de temporada que pueden hallar los primeros caminantes de estos paseos, según destaca Begoña Ojer, técnica del proyecto Life Micovaldorba.

Todo este proyecto gravita alrededor del aprovechamiento de los hongos de Valdorba respetando los usos de bosques y cuidando los ecosistemas mediante una normativa de gestión. Una serie de paneles informativos van indicando el tipo de setas que se pueden hallar en los recorridos, así como el sistema más natural para su recogida para evitar que se causen daños al entorno y preservar así las especies.

Feria de la trufa

Si los pinares albergan ahora una buena producción de angulas del norte, hayedos al norte y carrascales al sur contienen otras muchas variedades.

"Pretendemos que las rutas atraigan a los aficionados al valle y conozcan de paso el rico patrimonio cultural y artístico de nuestros pueblos", indica Iñigo Labiano, vecino de Orísoain, población de 92 vecinos y una de las localidades que ha abierto una ruta. Si no se registran excesivas heladas, la temporada de recogida se puede prolongar hasta enero.Por otro lado, los organizadores de la segunda edición de la Feria de la Trufa de Navarra, que hoy se celebra en Valdorba, esperan superar los más de 3.000 visitantes del pasado año. En 2002, la trufa se vendió a 480 euros el kilo y Atxen Jiménez, dueña del restaurante Túbal de Tafalla, adquirió una pieza de excepcional calidad y 53 gramos por la que pagó 500 euros. Es decir, el cultivo de este producto puede llegar a reportar 9.434 euros por kilo.

Gobierno foral, empresarios de hostelería y turismo, la Casa de Gastronomía de Euskal Herria y la Sociedad Cooperativa de Truferos de Navarra son algunos de los promotores de esta segunda fiesta anual dedicada a mostrar sus posibilidades de cultivo y comercialización y el afianzamiento de un mercado interno como alternativa sostenible en el medio rural.

Juan María Arzak es uno de los integrantes del jurado que otorgará el primer premio Tuber a la innovación en la cocina de trufa, uno de los actos de la feria, que incluye exposiciones, recogida de trufas con perro y menús micológicos en los restaurantes del valle.

Navarra apenas explota el 1% de los terrenos susceptibles de cultivar trufa, básicamente negra. En Valdorba se explotan nueve de las 18.190 hectáreas directamente transformables a su cultivo de la comunidad foral.