Alberti regresa a la Residencia de Estudiantes rodeado de sus ángeles

El poeta gaditano Rafael Alberti, que el martes próximo hubiera cumplido 101 años, ha vuelto a la Residencia de Estudiantes de la calle de Pinar, 23, en el barrio de El Viso, donde se formara en su juventud. En esta ocasión no regresa acompañado por sus amigos de entonces, Federico García Lorca, Luis Buñuel o Salvador Dalí, sino más bien flanqueado por ángeles. Son los mismos seres que él descubriera en el interior de su pecho, herido por el existir, en una racha de adversidad que se abatió sobre su emprendedor ánimo a los 25 años. Luego, esos mismos entes por él hallados, que no tenían nada de la afectada benevolencia que se les suele atribuir, pasaron a poblar el mejor de sus poemarios, Sobre los ángeles, escrito en 1928, en el que Alberti alcanzó su más elevada estatura lírica. Es precisamente tal texto el que da título y vida, hasta el 15 de febrero, a la exposición montada con mimo y detalle por la Residencia de Estudiantes, que dirige José García-Velasco, y que ha comisariado Andrés Soria. Cuadernos por él pintados dirigidos a su adorada Victoria; lienzos de Maruja Mallo, de Díaz-Caneja y Gregorio Prieto; dibujos de Benjamín Palencia y cartas de Bergamín componen, con primeras ediciones, fotografías y otras joyas, el contenido de esta muestra original, como todo cuanto tuvo relación con el creador de Marinero en tierra, al que su esposa María Asunción Mateo, en grata evocación, definió ayer como "un hombre sin edad".

Cabe convenir con sus mejores críticos, desde Azorín hasta Pedro Salinas, que los ángeles -hasta entonces mediadores entre hombres y dioses- fueron para el gaditano universal intermediarios entre Rafael y el poeta -de 'corazón siempre comunista'- que en su interior moraba.