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'Suite Habana' arrasa en el 25º festival de cine latinoamericano

El documental gana los premios al mejor filme, dirección y música

El 25º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana hizo justicia. Suite Habana, la película del realizador cubano Fernando Pérez, fue reconocida ayer por el jurado con los principales premios del certamen: los corales a la mejor película, mejor director, mejor música, mejor banda original, mejor cartel y, además, el premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica. Un éxito absoluto.

La amplia cosecha de galardones es una merecida recompensa para Fernando Pérez, de 59 años, que apostó por contar esta historia intimista de La Habana empleando un lenguaje difícil y audaz, sin diálogos, a medio camino entre la ficción y el documental y sin hacer concesiones. Precisamente, esta frontera difusa entre realidad y ficción que Pérez maneja con maestría en el filme fue uno de los temas polémicos que evaluó el jurado -Miguel Littin (Chile); Felipe Cazals (Francia); Ruby Rich (EE UU); Eliseo Subiela (Argentina) y el cubano Manuel Pérez Paredes-. Alguno de los jurados, cuentan lenguas viperinas, arguyó que Suite Habana no era ficción y por tanto no debía ser premiada en dicha categoría. Al final, sin embargo, se impuso la razón y la película arrasó, imponiendo su calidad y su arte sobre suspicacias políticas y argumentos críticos, vertidos estos días en los corrillos del Hotel Nacional, en La Habana, sede del festival.

Para Fernando Pérez, el hecho de que este reconocimiento y estos laureles le hayan llegado precisamente aquí, en su país, tiene una "significación muy especial". "Es una emoción muy grande, que comenzó en junio, cuando se exhibió por primera vez en un cine de La Habana y comprobé las reacciones de la gente. Ya han pasado seis meses y todavía no lo he asimilado", declaró el realizador a EL PAÍS nada más conocer la catarata de premios.

Pérez tiene razón: los pocos cubanos que han podido ver hasta ahora Suite Habana salen conmocionados del cine, algunos lloran y muchos afirman que es la mejor película cubana que han visto nunca. Para un sector, tanto dentro como fuera de Cuba, el mensaje de Suite es crítico, una denuncia; para otros, lo más importante es que se demuestra que pese a la miseria y las dificultades, los cubanos lo sobrellevan con dignidad y son capaces de soñar.

Fernando Pérez es consciente de que su película tiene un contenido político, "como lo tiene la realidad cubana, pero", dice, "el discurso de Suite Habana no es político". Para el director, "lo más importante es que la película sirva para que los espectadores reflexionen y se pregunten cuál es la vida que llevan, qué sueños tienen y en qué medida pueden cambiarla".

Suite Habana cuenta la historia de un día cualquiera en la vida de 10 cubanos comunes y corrientes, desde que se levantan hasta que se acuestan, y, a la vez, es un retrato intimista de La Habana. Entre sus protagonistas está Francisquito, un niño de 10 años con síndrome de Down, un médico que compagina su trabajo con el de payaso, una anciana solitaria y sin sueños que sobrevive vendiendo cucuruchos de maní por las calles de la ciudad, un obrero de los ferrocarriles que toca el saxofón en una iglesia, un humilde zapatero, un joven bailarín a quien se le está cayendo la casa y un trabajador de un hospital que algunas noches actúa en un show de travestidos.

"Quisiera que la película logre que el espectador pueda penetrar en esas otras Habanas que existen y habitualmente pasan desapercibidas", dice Fernando Pérez, que acaba de enterarse de que Suite Habana es candidata para concursar en los próximos premios Goya en dos categorías, como documental y como mejor película extranjera de habla hispana, galardón que ya obtuvo en 2000 por La vida es silbar.

El segundo premio Coral del festival fue para B Happy, una coproducción entre Chile, España y Venezuela, dirigida por Gonzalo Justiniano, un drama ambientado en Chile, mientras que Kamchatka, del argentino Marcelo Piñeyro, obtuvo el tercer premio Coral y el premio al mejor guión. Lázaro Ramos fue elegido el mejor actor masculino por su papel en El hombre que

copiaba, de Brasil, y Manuella Martelli, la mejor actriz (B Happy). El premio a la mejor fotografía fue para el brasileño Walter Carvalho (Amareo manga) y la también brasileña Kiti Duarte (El hombre del año) se llevó el de dirección artística.

Fernando Pérez, director de la película <i>Suite Habana.</i>
Fernando Pérez, director de la película Suite Habana.JESÚS URIARTE

Complicidad con 'Good bye, Lenin!'

La indiscutible vencedora del festival, junto a Suite Habana, fue la película alemana Good bye, Lenin!, de Wolfgang Bec-ker, deliciosa parábola de la reunificación alemana llena de humor, guiños y referencias que, por lo que le toca, el público cubano saboreó como un dulce exquisito. Exhibida fuera de concurso, su argumento suscitó desde el primer día complicidad y un boca a boca que se tradujo en tremendas colas, colones más bien, ante los cuales los organizadores del certamen tuvieron que reprogramarla una y otra vez, siempre a sala llena, en diferentes cines de la capital. Al principio hubo un rumorcillo o runrún de que se harían sólo tres o cuatro pases, debido a que, al parecer, el argumento del filme "no había gustado" en "determinadas" instancias. Todo quedó, aparentemente, en una bola, y al final más de 5.000 cubanos pudieron reírse a gusto con la historia de esta mentira piadosa, sazonada con vodka, nostalgia y descatalogados pepinillos socialistas.

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