_
_
_
_
Reportaje:OCIO SOLIDARIO | Francisco Rodríguez Palma y Francisco José Moreno

Entrega sin cuartel

Dos oficiales de la Guardia Civil ayudan en un comedor para inmigrantes en Baeza (Jaén) durante la campaña de la aceituna

Ginés Donaire

Más allá de su pertenencia a la Guardia Civil, Francisco Rodríguez Palma y Francisco José Moreno tienen en común su espíritu solidario y su compromiso con los más desfavorecidos. Por eso no fue casual que hace dos años se marchasen como voluntarios a Bosnia y ahora hayan coincidido, de forma circunstancial, en el comedor para inmigrantes que participan en la campaña de la aceituna que Cáritas Interparroquial tiene habilitado en Baeza (Jaén).

"Algunos inmigrantes bromean conmigo cuando me dicen que no hace mucho tiempo se escondían en pateras de los guardias civiles, y ahora comen y juegan al fútbol con nosotros". El teniente Palma tiene claro que su profesión no le obstaculiza, en modo alguno, para ayudar a los que más lo necesitan. Un buen día, al ver la cola de personas que había aguardando algo para comer, pensó que debía hacer algo: "En este tema no podemos mirar hacia otro lado". Y así fue como, el año pasado, se enroló como voluntario en el grupo de Cáritas que repartía alimentos y ropa a los inmigrantes que llegaban a la comarca de La Loma en busca de un trabajo.

Al menos tres días a la semana, cuando finalizan su trabajo en la Academia de la Guardia Civil de Baeza, Francisco y su compañero Francisco José Moreno se dirigen al comedor para repartir comidas, fregar platos o lo que haga falta. "Lo importante es echar una mano, en mi caso es un compromiso y una forma de sentirme bien", comenta el primero. Y lanza un mensaje a quienes recelan de la labor de estas instituciones: "Mucha gente cree que en Cáritas sólo hay personas mayores y beatas; se equivocan, es una buena vía para sensibilizarse con los problemas que nos rodean, y uno de ellos es el de la inmigración".

Palma ya fue, el mes pasado, el promotor de un partido de fútbol sala que congregó, por un lado, a inmigrantes de 14 países diferentes y, de otro, a representantes de todos los colectivos sociales de Baeza, una experiencia que ya había probado con éxito durante su destino en Navarra.

De alguna manera, este voluntario, que está casado y tiene dos hijos de 14 y 10 años, siempre ha intentado utilizar el deporte como vía para la integración de los pueblos. Ya lo hizo durante su estancia en Mostar (Bosnia) hace dos años, cuando organizó un partido de fútbol entre una selección de serbios, croatas y musulmanes (que jugaron con camisetas oficiales del Real Madrid) contra agentes españoles, gendarmes franceses y carabineros italianos. Las equipaciones del club blanco formaban parte de las tres toneladas de material, principalmente escolar, que Francisco logró recoger entre sus amistades en España para su envío a las zonas con más miseria de Bosnia. "Parecíamos los Reyes Magos de Bosnia cuando se procedió al reparto", recuerda este voluntario.

Más tiempo aún lleva enrolado en Cáritas el sargento Francisco José Moreno, un granadino casado y con dos hijos, que llegó hace 11 años a Baeza. Lo hizo a través de su pertenencia a una cofradía de Semana Santa. "Intentamos quitar a la gente de la calle, es un compromiso moral con los que más lo necesitan", dice Moreno.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La semana pasada se llevó hasta el comedor a su hijo mayor y asegura que quedó impresionado al ver tanta necesidad. "Hasta que no ves de cerca tantas necesidades y penurias no aprendes a valorar lo que tienes", añade. Su labor en Cáritas no se limita a recibir a los temporeros, sino que también se desplazan a los lugares donde tienen constancia de que están durmiendo en la calle. "Les llevamos mantas e intentamos canalizarlos hacia el albergue de inmigrantes, es lo menos que podemos hacer", indica.

4.000 platos calientes

Los dos oficiales de la Guardia Civil forman parte de un contingente mucho más amplio que da lo mejor de sí en torno al comedor para inmigrantes que, por segundo año consecutivo, ha abierto en Baeza Cáritas Interparroquial. Cada día de la semana es una institución diferente la encargada de repartir las comidas. Desde la federación de cofradías a Manos Unidos, pasando por los grupos de las parroquias de San Pablo, El Salvador y San Andrés o las instituciones religiosas de La Milagrosa o Carmelo Seglar.

"Que quiere que le diga, la solidaridad de los vecinos de Baeza es total, cuando se les pide algo al momento ya lo tenemos", indica con orgullo Antonio Checa, director de Cáritas Interparroquial de Baeza. La entidad religiosa llevaba muchos años ofreciendo ropa y alimentos a los más necesitados, pero fue el año pasado cuando se plantearon abrir un comedor donde se sirvieran comidas calientes a los inmigrantes. Consiguieron que se les cediera una vieja mansión, Vela de Almazán, con más de cinco siglos de existencia, donde sirvieron un total de 4.274 comidas el año pasado. Y este año llevan el mismo camino, pues en los días lluviosos, en los que no hay trabajo en el campo, se han disparado los usuarios que acuden a las dependencias.

La labor de Cáritas Interparroquial no se limita al servicio de comedor. También se les ofrecen vales de viajes, se le gestionan empresarios para trabajar y se hacen campañas ciudadanas de recogida de alimentos no perecederos y ropa. Aunque casi todas las acciones se financian con donaciones y cuotas de socios, Cáritas invirtió el año pasado 15.000 euros en el comedor para inmigrantes.

En torno a un centenar de personas se involucran en sus actividades a lo largo de todo el año. Su presidente, Domingo Pérez, cura de la parroquia de San Andrés, destaca la buena respuesta que está teniendo el programa de felicitación navideña a ancianos y enfermos, que los voluntarios visitan en sus casas para compartir un rato de convivencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_