_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Relevo democrático

Cataluña conocerá al fin la alternancia en el poder tras los 23 años de presidencia de Jordi Pujol. Una nueva y amplia mayoría parlamentaria garantiza la elección como nuevo presidente de la Generalitat de Pasqual Maragall, el candidato socialista que obtuvo el mayor número de votos en las elecciones del 16 de noviembre, aunque su lista quedó en segundo lugar, a cuatro escaños de CiU. La nueva mayoría está basada en un pacto de gobierno, cuya letra pequeña no se conoce en todos sus detalles, entre PSC, ERC e IC. Carod Rovira, el líder de Esquerra, tendrá un lugar destacado en el Gabinete, con el cargo de conseller en cap y un paquete de competencias específicas.

Las urnas arrojaron un resultado que permitía otras combinaciones, pero las conversaciones entre ERC, el partido que contaba con la doble llave para formar Gobierno, y las dos principales formaciones, CiU y PSC, han dado como resultado final un pacto que posibilita la alternancia y la formación de un Gobierno catalanista de izquierdas. Se trata de una experiencia novedosa en la actual etapa de la Generalitat. Aunque la izquierda ha contado con gran arraigo en Cataluña tanto en las elecciones generales como en las municipales, es la primera vez que tiene la oportunidad de encabezar el Gobierno catalán mediante un pacto complejo que exigirá una gestión sutil.

Muchas han sido las descalificaciones contra esta fórmula durante la negociación, y probablemente se intensificarán en las próximas semanas. Para la mayoría saliente, Esquerra ha engañado a CiU con unas falsas negociaciones destinadas a cubrir las apariencias. Pero su crítica más acerba es la que culpabiliza a Carod por permitir que un socialista español ocupe la presidencia de la Generalitat. Simétricamente, desde el PP se presenta esta alianza como una apuesta radical, nacionalista e insolidaria, con el objetivo de dañar a Zapatero en su intento de llegar a La Moncloa en marzo de 2004. Desde ambos flancos se tacha el tripartito de izquierdas de fórmula inestable.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Una parte de estas críticas tienen clara intención electoral, pero otras corresponden al mal perder de una formación que no consigue hacerse a la idea de que su identificación con la Generalitat y con Cataluña tenía fecha de caducidad. Y CiU, aunque haya obtenido el primer lugar en escaños, ha perdido políticamente estas elecciones porque ya no tiene mayoría de Gobierno. Si el Gobierno catalanista de izquierdas es perfectamente legítimo, como cualquier otra fórmula que hubiera conseguido una mayoría alrededor de un programa, ésta es además la única fórmula que insufla aire nuevo en una Administración anquilosada después de más de dos décadas sin cambios. Y es también una fórmula plural, mucho más interesante que la mayoría CiU-ERC, que reunía dos elementos desaconsejables: el continuismo y el frentismo nacionalista.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_